28 diciembre, 2006

ESPARDEÑAS Y PEROL TRENCAT – XXXVII

La Edad Moderna fue la del “absolutismo” en la que el pueblo estaba desconectado del poder. Eran los tiempos en los que no existía el Internet. Quizá esa fue la razón del alejamiento. Ahora estamos en la “modernidad” conectados al estado del bienestar aunque no todo el mundo haya encontrado su frecuencia. Occidente está en la cúspide de las libertades mientras que en el resto aún existe el “absolutismo” y también están conectados al Internet. Luego no debía ser por esto. Y es que todo es mucho más complicado.

En nuestra “modernidad” la garantía de la enseñanza, de la salud y de una prestación social para todos nos aúpa a ese estado de bienestar que una vez logrado parece que algunos se resisten a mejorarlo, porque son muchos, como los políticos que nos gobiernan, quienes se empeñan en marear la perdiz que como pájaro que vuela sólo se puede cazar con trampas.

La coincidencia en el tiempo de tres mercachifles, Otegui, Carod y Zapatero han puesto a pruebas las cuadernas de nuestra Historia. El Zapatos ha quitado la cuña de la transición que las ajustaba y por llegar al poder de la forma en que llegó en su pertinaz mentira se ha creado la penitencia del perdón.

Y como ejemplos ahí tenemos dos: el primero, la Alianza de las Civilizaciones que es un “pasaporte a la fama”, un reina por un día; es como el humo que ciega tus ojos. Es como el órdago de quien no sabe a qué juega y está más empeñado en su lucimiento personal ante el súbdito, condición a la que pretende llevarnos Rubalcaba: ese “cum laude” de la manipulación, auténtico promotor del “pásalo” y que jamás pesará sobre su conciencia democrática porque no la tiene. Todo este mejunje es algo propio de la parafernalia absolutista de aquellos tiempos sin Internet tan semejante al actual “Proceso de Paz”. Y aquí tenemos el segundo ejemplo. Es un engaño más a un pueblo adoctrinado cuyo “estado de bienestar” espera alcanzarlo mediante un nacionalismo falso, insolidario, excluyente e inventado.

Es una constante de muchos siglos en este pueblo que siempre creyó en José Mª Tempranillo a semejanza de estos lideres infames que han abanderado su dogma como bandera de salvación. El Gobierno por el pueblo pero engañando al pueblo. ¿Veintiuno siglos para esto?

La España pendular siempre en mano de políticos infames; la España pendular que es capaz de arrinconar a los mejores y hasta de insultarles. La España pendular desconocedora de su Historia por culpa de esos mismos políticos que siempre han querida rehacerla y deshacerla a su gusto aprovechándose de un pueblo dócil e inculto.

La cuchillada fácil y el disparo a bocajarro es el pan nuestro de cada día en el entorno familiar y todos los días aparecen en la prensa de los sucesos. Ésta tentación, tan vil como cobarde de solucionar la afrenta, nos devuelve a los tiempos que como bestias codiciábamos lo ajeno. Su progresión es geométrica y la solución complicada. Decía Isabel la Católica, en los tiempos en que el matar era frecuente, que la justicia rápida y ejemplar es la mejor de todas porque asusta a quien delinque y da confianza al que sufre. Pero la “modernidad” va por caminos menos abruptos para el asesino.

Más todo se atraganta y nos lleva al colapso. Las bromitas del pásalo, el SMS porno y burdo y el acordarse de la madre de uno, se suman a la felicitación navideña. Es cuando el mundo de las telecomunicaciones se colapsa y mientras tanto sus arcas se llenan de oro. Y es que la tecnología también tiene su lado más borreguil al servicio de quien la disfruta sin haberle servido de nada. Es cuando la esterilidad tiene su ubre de oro a la que acude la ignorancia.

El Rey Don Juan Carlos, alejado de los tres poderes y utilizando una alocución clara y diáfana, sin medias tintas y con rotundidad, en su mensaje navideño ha pedido la unión de todos frente al terrorismo para terminar con ETA apelando a los acuerdos e instando al sentido común. Zapatero, al escucharle, habrá hinchado sus mofletes taponando sus oídos, por ser quien más ha contribuido al fortalecimiento de la banda criminal. La que hasta hace poco daba signos de derrota.

“Me miro a las manos y son una pasada”. Anta tanta porquería escuchar a Alba Lucia, la primera mujer con sus manos y antebrazos trasplantados es una gozada. Y todo producto de un grupo de cirujanos de La Fe de Valencia, amantes de su profesión, que con cariño y mimos pone ésta al servicio del ciudadano. Ellos no saben de súbditos.

Un sondeo de opinión dice que Ignacio Pla podría perder la cuarta parte de los votos que obtuvo en 2003. Aventuré en otra de mis Espardeñás que veríamos a Pla en el Senado español y cada vez está más cerca de conseguirlo. La Cámara Alta, ese nido al que llegan los políticos dóciles al partido como premio a su fracaso por estar alejados del pueblo al que dicen defender.

El culmen de la Modernidad lo refleja el interés en la creación del mapa del Cosmos. Astrónomos de la Universidad de Valencia participan en este proyecto científico. Es algo así como crear un mapa cósmico donde figuren las vías más relevantes y demás datos de interés. Es lo mismo que en un principio intentaron los griegos sobre la Tierra utilizando el Sol y cuyos estudios han servido para la confección de los mapas actuales basados en la geografía matemática que descubrieron aquellos griegos.

Que pena que la Universidad no se dedique con el mismo celo a la investigación de la Lengua Valenciana cuyo legado histórico trata de esconder. En su lugar, está al servicio de las “encomiendas económicas” cada vez con mayores partidas presupuestarias y sólo para desvirtuar nuestro pasado.

Cojamos un perol muy grande en el que quepan las miserias de los políticos nefastos para romperlo en sus cabezas. Y en esta ocasión duro con ellos y sin ningún tipo miramientos. Qué así sea.

Diciembre 2006-12-28

21 diciembre, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – XXXVI

Fue “La Ilustración” la que mandó un recado al hombre invitándole a que se convirtiera en el centro del Universo. El hombre y la razón debían de ir unidos en el trayecto hacia un mundo mejor, más justo, en el que primara el individuo sobre todas las cosas. Aceptado el reto, ambos, el hombre y la razón caminaron juntos pero con distintos fines y casi siempre opuestos. Así pues los que eligieron el trayecto de la comodidad fue a costa de incomodar a los demás. Hubo otros que eligieron la tercera vía que suele ser la más inteligente y por esa razón la menos utilizada. Estos fueron los investigadores, que una vez descubierta su vanidad y con una pizca de filantropía se dedicaron a los grandes inventos y adelantos en beneficio del hombre y de la razón. Gracias a ellos fue posible la revolución industrial, por su investigación decimonónica que ahora se llama I+D como distintivo de modernidad.

Y aunque la razón parece que está en entredicho, unos investigadores valencianos tras un minucioso estudio han descubierto una proteína que servirá para reparar los daños de nuestros cerebros. El Centro de Investigación Príncipe Felipe y la Universidad de Valencia les han dado todo su apoyo a quienes por sus estudios del cerebro en los mamíferos y en los humanos, han encontrado la formula para regenerar las células dañadas. Valencia se suma así a aquellos ilustrados que buscaban para el hombre y la razón lo mejor de si mismos.

Pero la investigación no siempre es noble. También existe otra que podríamos llamarla I-D tan de moda en los últimos tiempos. Es la que viene de las Comisiones de Investigación en la vida política que más que para encontrar la verdad es para inculpar al contrario. Sus veredictos son un insulto a la opinión pública, a la inteligencia del hombre, el que por desgracia termina aceptando que la culpa es del otro.

Ahora se incita al engaño y ahí están las declaraciones burdas que por tratarse de quien las hace nadie debería hacerle caso. El impresentable Pepino Blanco, ese rufián de ojos felinos, nariz escurridiza y boca sucia y escondida, dice que Zaplana dio progreso a la Comunidad Valenciana mientras es Camps quien lo frena. Creer a este idiota en sus deducciones convierte en más idiota aún a quien le cree, es decir, en persona tonta, corta de entendimiento o que
carece de toda instrucción. El Pepiño de marras siempre practicó el juego sucio propio de la más mafiosa investigación.

Esta semana hemos tenido la visita en Valencia de un personaje ilustre, que no de la Ilustración. Jordi Pujol ha paseado por nuestra ciudad junto a su hombre de negocios en la Comunidad, Eliseo Climent, su “quintacolumnista” más activo dispuesto al negocio, al chanchullo y a cualquier acto contra nuestra identidad valenciana. La amistad les viene de antiguo, de cuando los tiempos en los que la Banca Catalana se dedicaba a su expansión. Pero no en lo económico sino en la del pillaje comportándose como un vulgar corsario.

Quien vuelve a dar caña es el terrorista Otegui quien dice que el Gobierno ha hecho inviable el “proceso de paz”. Y es lo más natural, pues así paga siempre un infame a quien con él negocia. Otegui cada vez más fortalecido y con más medios no tardará en contestarle al Zapatos recordándole aquello de que “Roma no pagó a los traidores”.

El Puente de Fernando el Católico se ha convertido en el mayor albergue de la ciudad. Es como un pequeño poblado dentro de la ciudad en el que cada vez está más cerca un grave suceso en el que todo pueda ocurrir. Lo que no se puede es aceptar al invitado y luego dejarle tirado en la calle.

Lo que resulta patético es que tenga que venir Pepiño Blanco a “investigar nuestras vidas” dando lecciones a los socialistas valencianos en su afán de presidir la Generalitat. En su seminario incita a la mentira, al instarles que mencionen los logros del Gobierno en la Comunidad (¿?, ninguno: cero zapatero) y denuncien a los corruptos dirigentes populares, cosa que ningún juez ha hecho. ¿Qué se puede esperar de un partido que tiene la mentira como norma para llegar a gobernar, engañando tanto a los vivos como utilizando a los muertos?

El Palau de les Arts estrenó Don Giovanni quince días después de una importante avería en su escenario que ha obligado a una escenografía más apretada. Y pese a ello no han faltado los elogios de los críticos especializados. Lo que debió ser unión ante la adversidad, fue la denuncia interesada y sectaria propia de la perversidad que muchos llevan dentro, aunque muestren su rostro blanqueado que es más bien falso y maligno. ¡Qué con su pan se lo coman!

En la planta de residuos tóxicos de Cuart de Poblet ha aparecido el cadáver de un ser humano abandonado en un contenedor de basuras de nuestra ciudad. El cadáver se descubrió en la cinta transportadora junto a toda clase de inmundicias. Investigar su cuerpo es un hecho puntual en nuestras vidas que sólo sirve para su identificación y ojalá para detener al culpable. Pero si no alcanzamos a comprender el significado de una acción que desprecia tanto el crimen perfecto como a la Justicia, es porque cada vez estamos más cerca de la ley de la selva pero más lejos de la Ley de la Justicia. El temor ha desaparecido en el miserable, lo que le hace ser aún mucho más miserable.

Zapatero sigue predicando en el desierto su Alianza de Civilizaciones, su bla, bla, bla particular, cuando es incapaz de conseguir la Alianza entre españoles que es lo primero que está en su sueldo. No se da cuenta el truhán que su principal obligación es la hermandad entre todos nosotros, misión a lo que no ha dedicado ni un solo minuto de su tiempo.

Como estamos en Navidad y en las vísperas de un nuevo año metamos en el perol nuestros mejores deseos de salud y con una buena pizca de respeto. Salpimentemos con las mejores intenciones y todo revuelto, fuerte y al centro para que nos alcance a todos. Qué así sea.

Diciembre 2006-12-21

14 diciembre, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – XXXV

Lo legítimo es lo que es propiedad de uno o lo que con tal condición le corresponde y después lo acredita. Los usos y costumbres como fuentes del derecho también dan a cada uno lo suyo, aunque en ocasiones sean otros los que se apropian de lo que no les pertenece como ocurre con cierta frecuencia. Luego, en otro orden de cosas, está la legítima en guerra cruel, callada o no, con la querida del esposo que adquirió rango institucional allá por los años sesenta. Eran los tiempos cuando la querida era respetada por todos, mientras que a la legítima se le tenía por una santa mujer. Hoy en día todo está más revuelto, más turbulento y la cosa siempre termina en el juzgado o en el campo santo. Todo resulta más visceral.

Existe también otra legítima: esa parte de cualquier herencia reservada para los hijos traídos al mundo como Dios manda. Agotado el tercio, para los “otros hijos” no queda nada. Nadie quiere saber de ellos pero en estos casos no se obedece a Dios, que cuando dijo ¡Multiplicaos!, ni dividió por tres ni siquiera hizo distinción.

En nuestros días está de moda el legitimar venga o no venga a cuento. Y en la actual memez histórica ahora quieren legitimar a la II República que si en su proclamación se ganó ese derecho, fue ella misma la que se deslegitimó pues si por algo destacó fue por la quema de Iglesias y Conventos (nunca se detuvo a los autores); la protección al pirómano (se le consideró un héroe); la censura de prensa (por contar lo que sucedía); la tenencia de armas (el que fuera Ministro de Hacienda se encargó de su logística); el panegírico al asesino (hasta el altar pagano), el golpe de estado (bautizado como Revolución de Octubre); y legitimó también al pucherazo (recuentos tardíos y a conveniencia).

Y claro está, luego vino lo que vino. Con la alegría natural, como no podía ser de otra manera de tantos “legitimados” a las órdenes de Moscú quien por cierto pasó su factura y con la intención de cobrarla. Algunos, en su osadía, dicen que esto es desviar la historia, cuando sólo es contar la verdad, mientras que los “legitimados” son los que la inventan, los que esconden sus miserias por decirlo fino y lo que quieren es ganar, cuando lo que no supieron fue vencer. Así de sencillo. Estamos pues ante las Olimpiadas de la “Mentira Histérica” y son muchos los candidatos a la medalla de Oro, del que por cierto quedó poco: el que había se lo llevaron. Había que pagar la cuenta de tan “desinteresada ayuda” que por cierto bien que la cobraron.

La primera mitad del siglo XX, con sus dos guerras mundiales y periodo entreguerras, estaba dominada por personajes mediocres e ignorantes que habían llegado al poder como consecuencia de los cambios tecnológicos y los políticos. Sobre todo por estos últimos. Con toda seguridad nos hubiera ido mejor si el poder lo hubiese tenido la minoría cultivada, pero como decían que eso era elitismo no les dieron legitimidad. Ahora, los que se legitiman solos, son los nacionalistas, y para eso no necesitan a nadie a pesar de ser tan mediocres e ignorantes como aquellos mangantes de hace un siglo. Esperemos que la historia no se repita aunque los ciclos digan lo contrario y ello nos produzca espanto.

Con Matricula de Honor habrá que ensalzar a D. Manuel Toharia, director del Museo Príncipe Felipe cuando nos da su opinión sobre una avería en nuestro Palau: “Eso puede pasar en cualquier sitio. Una vez en Paris no pude asistir a la Ópera porque hubo un fallo técnico; y ni los periódicos ni la oposición dieron tanta caña. Esto hubiera ocurrido en Francia y todo el mundo hubiera estado a muerte con el Palau”.

Y es que estamos a merced de tanto mercachifle de pandereta, “legitimado” en la política y en los medios de comunicación que hacen de nosotros lo que quieren. Como el kamikaze con mochila a la espalda en un tren de cercanías localizado al instante de la masacre y “legitimado” por el embustero de Iñaki Gabilondo, la estrella de la SER. Vamos, algo así como el león de la Metro Mayer pero con cara de santo aunque de imitación, como un Bulgary de a veinte euros la pieza.

Tabares, colocado por el PSOE en el IVEX y condenado hace dos meses a cinco años de cárcel está en paradero desconocido. Mientras tanto la izquierda valenciana está callada. Ni pío. En el más profundo de sus silencios ahorrando la nauseabunda saliva que necesitan para “deslegitimar” a Fabra. El constante izquierdismo manipulador nunca estará de puente.

Ahora, Zapatero nos quiere “legitimar” que el proceso de paz se diluye. Primero dividió a las victimas y después quiso atraerse a los verdugos que si algo querían no era precisamente la paz. Nos quiso vender la burra y ahora está tramando como echar las culpas al Partido Popular como si éste fuera el culpable de su “merder”. Cuando se juega con las victimas inocentes es cuando el hombre alcanza su mayor grado de monstruosidad por muy buenas intenciones que se muestren y que no son otra cosa que el reverso que ofrecen. Cada vez está más claro que su única intención era la marginación –que tanto gusta a los nacionalistas- constante y permanente del Partido Popular.

La mayor legitimidad de todas es la de ver tu cuerpo entero después de veintiocho años sin brazos con los que comer y poder volver a tocarte la nariz. La cirugía en su constante avance social es en lo que más confiamos. Que el primer trasplante en España de este alcance se haya producido en La Fe de Valencia es algo que nos debe de llenar de orgullo y satisfacción.

Y la mayor legitimidad política es la que los españoles nos merecimos con una transición ejemplar en la que abundaba lo bueno. Ahora es Zapatero quien la deslegitima, nos vuelve al enfrentamiento nacional y pasará a la Historia como un político incompetente, mentiroso y nefasto. Al Perol con él y abriendo de una vez los ojos, duro y al centro. A ver si despierta del alucinamiento en el que está dormido. Qué así sea.

Diciembre 2006-12-14

07 diciembre, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XXXIV
Errar, que es no acertar, también es condición muy humana y hasta muy natural. Lo mejor es acertar, dirán algunos, pero no está nada claro pues de los grandes errores salieron los mejores logros. Si damos por bueno el error, aprendemos de él y estamos dispuestos a su pago, ganaremos con el cambio.

Un error de cálculo ayudó a Cristóbal Colón a descubrir América cuando lo que buscaba era otro lugar. Quería llegar a las tierras de las especias por el sitio más corto y en su error descubrió un nuevo mundo hasta entonces inexistente. El viejo continente que presumía de ser el más culto del mundo, ignoraba hasta sus lindes, porque no sabían de qué estaban hablando.

Como les ocurre a gran parte de la camada de políticos que nos gobiernan, que por cierto, no estudiaron para ejercer el cargo. El “arte del buen gobierno” que practican, se reduce al coche oficial, el insulto al oponente y muy pocas cosas más. Para ellos, el error político no existe porque dicen que siempre está en la acera de enfrente, sin darse cuenta de que la suya es la vanidad.

Y como en lo intelectual andan muy poco finos, vemos el error cometido no sólo político sino también cultural: el del Alcalde de Barcelona que acaba de considerar a Valencia como ciudad catalana. Es ésta una muestra más de la manipulación, llena de mentiras y sandeces, que los nacionalistas utilizan para apropiarse de lo que no les pertenece. Utilizan la vieja y zafia técnica de ir repitiendo una y mil veces siempre lo mismo, mientras la izquierda valenciana calla ante hechos semejantes, lo que nos hace suponer que no quieren enmendar su gran error de hace ya muchos años y que les llevó a la oposición.

El mimetismo de la izquierda valenciana hacía Cataluña es una constante desde los tiempos de la transición. El más actual es imitar el “tripartito” y ahí ven su tabla de salvación. Por ello, Camps reta a Pla a aclarar si avala los países catalanes, la autodeterminación y la República: el programa político de la izquierda nacionalista en su afán de “matrimonio homosexual” ahora que la ley ya lo permite.

Otro claro ejemplo de la persistencia en su error es pensar en la República. La Segunda República Española tuvo muchas cosas malas y hay que reconocer que también las tuvo buenas. ¡La mejor de todas!: la que nos enseñó la conveniencia de no volver a repetir semejante intento. Al menos, para eso, sí que sirvió. Salvo claro está, para los que añoran el enfrentamiento. Como ya lo hicieron desde los primeros días de aquella trágica andadura, empeñados en su revolución y que no nos hace falta recordar de forma terminó.

El Antiguo Régimen pereció hace dos siglos y fue el espíritu de Montesquieu el que ha ido eliminando el poder absoluto de las Monarquías. Como es el caso de la nuestra, cuyo poder es inexistente al haber aprendido la transición española aquella magistral lección. Sin embargo, en la actualidad, es en las Repúblicas donde existe el absolutismo más radical cuyos seguidores republicanos silencian. Bueno es meditar sobre esto y terminar de una vez por todas con tanta manipulación. Como por ejemplo, la de la camada valenciana que sueña con su tripartito y que no tendrían reparo alguno en provocar cualquier otra confrontación, como así lo manifestó el nefasto Carod y no tardará que por aquí, alguien quiera imitarle.

Al habitual una hora menos en Canarias habrá que añadir: y “también otra menos en Galicia”. Gracias al intento del BNG gallego preocupados como están del avance social. Cada vez nos vamos dando cuenta de nuestra incapacidad e ignorancia así como de nuestra orfandad. ¡Qué sería de nosotros sin ellos! Habrá que darles las gracias.

Los partidos nacionalistas dan la espalda a los actos oficiales del Día de la Constitución pero dan la cara a su sectarismo. De esta forma no puede haber estado democrático que se precie, pero sí caminar hacia las dos Españas que los mangantes de turno nos quieren implantar.

Ahora hay quienes quieren convertir la avería de un mecanismo hidráulico, en el ¡hundimiento! del Palau de les Arts, el nuevo emblema de la ciudad. La manipulación es evidente y la soflama parte de los que se proclaman defensores de la ciudad cuando lo único que buscan es su desprestigio. Estamos ante una auténtica caza de brujas que pone en peligro el espíritu democrático de cualquier colectivo. Este nuevo “talante” no colabora con la pretensión de que nos convirtamos en una sociedad abierta, tolerante, avanzada, respetuosa y que se une ante la adversidad. Como es el caso del impresentable concejal Rafael Rubio, que denuncia la falta de “Licencia de Apertura” para el Palau cuando sabe muy bien que la Ley no obliga a ello. Qué se puede esperar de un político como éste, que imputó como causa de una, según él, mala gestión, la enfermedad cancerigena que sufría una destacada dirigente del Partido Popular.

Rajoy se ha buscado un ayudante especial en la figura del caza corrupto, al igual que el caza recompensas de John Ford del oeste en blanco y negro. Quizá ahí esté el quid de la cuestión pues en la actualidad todo se reduce al blanqueo del dinero negro.

Anotemos todos los errores y al perol, para que no se nos olviden y podamos aprender de ellos. En esta ocasión guardemos el bastón para mejor ocasión. Qué así sea.

Diciembre 2006-12-07