30 agosto, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LXXII

El dulce placer de percibir sobre nuestra piel, ávida de sensaciones, la brisa del mar, escudriñando la linde del infinito azul donde copulan agua y viento, sólo puede ser superado por el alivio del sentir cómo el agua fresca que libera un oasis imaginario, moja los labios de un cuerpo extenuado en los umbrales de su muerte. Es el placer de los sentidos ante los más bellos paisajes que nos puede ofrecer la naturaleza, en cuyo regazo se acunan toda clase de deleites. Está luego el placer, también terrenal, del poder ejercido sobre los demás: facultad ausente de sentimientos, donde la satisfacción se convierte en el engaño de su efímera instantaneidad.

Y viene dado, especialmente, por el ejercicio de poder masculino sobre la mujer, tan de moda en nuestros días, aunque de siempre haya sido así, pero que ocupa la primera página de todos los medios de comunicación por desgracia demasiadas veces. Además, con la violencia como principal protagonista, cuyo papel más frecuente es el de la muerte. La mal llamada violencia de género preocupa a nuestros parlamentarios y quieren acabar con ella merced a sus propuestas. ¿Por ley? ¡Acabemos con la violencia de género! ¡Hagamos una ley!

Mientras tantos los sucesos se repiten, y cada vez es mayor el número de mujeres asesinadas mientras la situación se agrava; lo que invita a pensar que las propuestas no sirven para nada, o simplemente no se hacen bien, como sucede, por ejemplo, con el nombre impuesto al problema, que no es el que le corresponde. Porque el hecho cierto es, ni más ni menos, que el “ejercicio del poder masculino sobre la mujer”, actualizado por todos los medios de comunicación en su afán sensacionalista, sólo hace que dar agua informativa a la bestia, sin conseguir calmar su sed.

Las propuestas parlamentarias, que no sirven para nada, es pura demagogia electoral encaminada a ganar votos para mantenerse en el poder. Otra cosa es, que se procuren los medios de ayuda para las victimas de una sociedad cada vez más violenta. Y no sólo en estos, sino en todos los casos que se presenta. Lo demás es marear la perdiz, como también dar ideas a unas mentes enfermas cuya única salida que conocen es el desagüe de su más cruel brutalidad.

Quienes también tienen sed son los etarras, preparados como están para el otoño que se avecina. Han hecho acto de presencia en Durango con la mayor de su osadía, anunciando el fin del verano al dejar una furgoneta bomba ante la mirada cierta de una cámara de TV sujeta a las paredes de una casa cuartel de la Guardia Civil, cuyos cimientos pretendían derrumbar. En pocos segundos dejaron su tarjeta de amonal y parte de sus paredes se fueron abajo con la fortuna de que sólo hubiera dos heridos, dejando tras de si más de tres años de pactos que no han servido de nada, salvo el beneficio de ETA y Batasuna que vuelven a cobrar de nuestros impuestos. La izquierda, que siempre se empeñó en demostrar que ambas cosas no son lo mismo, aunque ni ella misma se lo cree, tiene un gran problema de conciencia del que por desgracia no son conscientes.

No así a los padres de familia, que ante el retorno a los colegios de sus hijos, saben lo que les espera, por lo que recurren a pequeños préstamos bancarios para que sus hijos puedan pasar la ITV que les permita volver a la escuela.

Los “Pactos de familia”, que no sirvieron para nada, nos unieron a los franceses con la intención de hermanarnos, mas todo quedó en un banal intento. Algo así, como las fotos de familia en color, que más bien son el blanco y negro de todas las desdichas donde cada uno va a lo suyo con la cara alegre, pero con la mente fría y el corazón ausente. También, algo así, como la foto de Gilet, un pequeño pueblo valenciano en fiestas, donde el PSOE se ha reunido en torno a una mesa orquestada por Lerma con el patrocinio de José Mª Cataluña. En el guiso no han faltado las patatas, ni el arroz, ni las habichuelas, condimentadas con morcillas abundancia de cerdo. Pla, Sevilla, Puig y Alarte daban sabor a la caldera, ante las miradas sonrientes de la legumbres afiliadas invitadas al festín, en un intento de llamar la atención y hacer la foto que tanto necesitan, pese al empacho de bicarbonato que sufren desde el pasado mes de Mayo, aquel de las elecciones.

No andaba yo desatinado cuando hace dos Espardeñás anuncié el final de Rosa Regás como Directora de la Biblioteca Nacional. Tras las cortinas de su cara, se esconde la perversidad de sus intenciones en las que vivir del cuento es su republicana costumbre. Al ser descubierta en su incompetencia y ante el abandono de sus deberes, ha presentado la dimisión. Lo que es bueno para todos, en especial para la cultura valenciana: a la que dedicó todo su desprecio en fraudulento acto de servicio, atentando no solo contra nuestra lengua sino también en perjuicio de la prestigiosa institución.

El PSOE valenciano quiere hacer un ejercicio de autocrítica a finales de Septiembre, cuatro meses después de su debacle electoral. ¿Admitirán su no a todo lo realizado por el gobierno popular como el mayor de su fracaso? Seguro que no, más bien se irán por los cerros de Montserrat, cuyo mimetismo les enloquece.

Al final todo sale, por mucho que se quiere ocultar el sucio aceite que les da vida. A los del Compromís, su compromiso era sólo con ellos mismos y ahora andan lanzándose unos a otros los trastos a la cabeza por el mismo motivo: la defensa del sueldo de final de mes que tanto les alimenta. Por tal motivo, siguen ajenos a su fracaso y se centran en los asuntos propios de su salario. Que por tratarse de gentes de izquierdas, es lo más natural. Dicho sea.

Metamos en esta ocasión a todos los que practican la violencia contra la mujer en nuestro Perol, ausente de prensa y TV, cuyas ideas que lanzan, ni falta que les hacen. Que así sea.

Agosto 2007-08-30

23 agosto, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LXXI

Agosto, el de los Rodríguez, el de la apacible soledad, el vacacional por excelencia nos brinda de forma altruista un mayor espacio por donde pasear sin agobios, sin prisas, pero siempre con la conveniencia de ir cargado con una botella de agua para protegernos de un posible golpe de calor: nuestro asiduo visitante por estas fechas, enamoradizo no solo de nuestra ciudad sino de muchas, pero con sus malas intenciones de siempre, las de rompernos el corazón. En la ciudad abandonada, la densidad demográfica baja, pero los establecimientos cerrados crecen, lo que nos obliga, huérfanos del sitio acostumbrado, a estirar las piernas buscando lo que necesitamos, como por ejemplo la prensa dominical cargada de publicidad con un manojo de folletos que ignoramos. La mayor dificultad coincide en los días de domingo, el día que más se lee, en los que si algo hay por la calle es la sombra de la tupida arboleda, cuyo manto protector es el mejor camino en busca de la información. Así pues, el kiosco abierto en un lugar ignorado es el más buscado, y cuando das con él y consigues el ejemplar que deseas, al que has sido fiel durante todo el año, la sensación del deber cumplido tiene sabor de proeza.

Aunque para lo que se entera uno, mejor no comprarla. Izquierda Unida cuyo único objetivo es conseguir por la vía de los pactos la deseada mayoría absoluta que le lleve a gobernar, se derrumba. De la gloria de un posible Gobierno a la hiel de las catacumbas. Temen ahora, que en las próximas elecciones valencianas queden fuera del Parlamento, lo que ya a nadie nos extraña. Las mentiras, los juegos de trileros, el desprecio acostumbrado a los votantes, la utilización de los muertos y el sectarismo más ruin y miserable tiene esos pagos: es pues lo que les toca y con su pan se lo coman. En su juego de disfraces, el de las mil y una caras, subyace el mayor de los esperpentos, y pese a que cada vez son más, quienes les dan la espalda, siguen con su pertinaz mascarada, inasequibles al desaliento alimentándose de engaños. Isaura Navarro tiene problemas con su partido y no por cuestiones ideológicas precisamente, siempre tan escondidas, sino por una simple cuestión de sueldo mensual. De años fue así, ante cualquier problema, el vil metal tiene la culpa y en él, está siempre la solución. Es el editorial permanente de cualquier medio de comunicación, sea cual sea su color, o tal día de la semana.

Mientras tanto, Jordi Sevilla mueve sus tentáculos por toda la Comunidad en busca de su espacio vital buceando en aguas pantanosas. Extiende sus brazos donde apoyarse aprovechando el calor del verano y el vacío de los ausentes, quienes deben de estar en acto penitente por la cima del algún monte lejano a la espera de una voz anunciadora. Zapatero que está de vacaciones, las interrumpe de vez en cuando dando un mitin, tal vez para conservar la forma sin bajar la guardia. Tras él, vuelve al lugar de descanso ahora escondido en una zona rural, donde sólo hay tres habitantes, por lo que el café le saldrá más barato que nunca, si es que paga algo de su bolsillo.

En esta guisa vacacional, le ha encargado a Sevilla que trabaje, y se gane el puesto, al más puro estilo de su genuino talante, cada vez más en entredicho. Eso sí, debe decir el Presidente, escuchándose hacia dentro, con sus mofletes hinchados, su cara sonriente, sus ojos abiertos, y sus piernas zambas cual ávido patán: ¡Valencia será lo que los valencianos… quieran!, al más puro falsete navarro.

Con el tiempo no se juega, pues quedas en entredicho. Ahora resulta que en nuestra Comunidad, el actual verano que sufrimos es el menos caluroso de los últimos diez años. El Centro Meteorológico valenciano ha sacado la temperatura media y ha llegado a esa conclusión asaltándonos las dudas después del dichoso cambio climático con el que tanto nos asustan. Y eso que cada vez somos más, contando a la inmigración que nos inunda. Tal vez, con el reparto, salimos a menos grados y esa sea la razón.

Lo que si es preocupante es que en Valencia, junto a Zaragoza y Ciudad Real, el agua que bebemos es la de peor calidad en todo el territorio nacional. El dato viene dado como resultado de un estudio realizado por un prestigioso Laboratorio. Lo que nos agrava la situación, en beneficio de las empresas embotelladoras de agua, por cierto cada vez más cara. La solución a esta situación no está recogida en el Plan Hidrológico Nacional, por no ser de su incumbencia, pero ausente el Plan, los problemas del agua cada vez nos extrañan menos.

Cuando algunos catalanes ladran Valencia entera cabalga, lo que no es nada nuevo. En su fijación permanente, la manipulación es constante y aprovechan cualquier evento para manifestar su eterna frustración: carecer de lo que presumen. Calixto Bleito, de ideas fijas y calva reluciente, no necesita de gomina, por lo que su cabeza blanca y brillante por fuera, pero almidonada por dentro con el hediendo fijador de sus ideas, anda una vez más con el encargo de siempre. Se va unos días Francfort a dos cosas: a contar mentiras y a desprestigiar Valencia; que para eso deben de estar las Ferias de Libros, otrora centros de cultura, ahora mercadillo de rufianes al que asisten desde una Catalonia que se cae a trozos, derrumbándose el mito de una falsa modernidad.

En estos días, cerca de trescientas calles valencianas están en obras con intención de remozarlas. Demos pues por bueno el verano, el tiempo de los zafarranchos y alcemos nuestro festivo Perol; porque a mal tiempo buena cara, nos dice el sabio consejo.

16 agosto, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LXX

Cuando no pasa nada en el transcurrir de nuestros días y nos instalamos en la más absoluta desgana, recurrimos a todo tipo de peripecias, tan repetitivas como aburridas, con la intención de distraernos, pero sin lograr conseguirlo. Y en su total vacuidad, sólo nos queda el recurso de contemplar atónitos, una vez levantada la veda, los culebrones de verano tan propios de ésta época del año, utilizados a toda página por los medios de comunicación. En cualquier agosto de cualquier año sucede lo mismo, y todo lo que leemos nos suena de una vez, o de muchas, por lo que no hay que sofocarse, pues ante cualquier tipo de contrariedad, siempre supimos salir, eso sí, envueltos en el más dulce de los aburrimientos. Pero basta que te mojes y digas que no sucede nada, para que las aguas te sequen, dejándote con el culo al aire. Confiados en el plácido hastío, un terremoto nos ha sacudido en trescientos kilómetros a la redonda con la música de sus crujidos y el baile de los muebles que visten nuestras casas. Su epicentro ha sido Pedro Muñoz, un pueblo manchego con nombre de amigo, como aquél que todos tenemos y del que uno no puede fiarse. Así pues, lo mejor es callarse y no hacer nada, al menos durante unos días, desconectados de todo lo que nos rodea y metidos en un libro del que aprender, manteniendo el más pulcro de los silencios.

No obstante, nos reconforta saber que después de las obras que inundan la ciudad –que para eso está el verano- nos servirán para algo, aunque algunas, por lentas, las penaremos hasta bien avanzado el próximo año. Ahora toca sufrir la caída de la bolsa que está por los suelos, pero sólo a unos cuantos, pues en eso de los valores no todos participan por igual, sean éticos (ahora llamados educación para la ciudadanía, la cuestión es cambiarlos) o cristianos, o como es el caso en los referentes a los del vil metal, que aunque despreciable todo el mundo desea. Dicen que la culpa es por las hipotecas, que en esas sí colaboramos todos en perjuicio de la cesta de la compra que, apenas mencionada, ha dejado de aparecer en los medios de comunicación.

El auténtico culebrón de este verano ha sido el esperpento de Navarra, que no nos ha dejado indiferentes y ha hecho correr ríos de tinta disfrazado de cierta guasa. Salpimentado por Zapatero, acostumbrado como está a dejar “cadáveres” en su estela, y aliñado por la prensa. Todo un ejemplo del más puro talante Zapatero, mando a distancia incluido. Una vez votado en el parlamento navarro y resuelto como Jefe de Gobierno al del partido vencedor de las últimas elecciones y de acuerdo con sus propias reglas pactadas por todos, ha dejado, sin embargo, demasiadas heridas abiertas y algún que otro disgusto. Creíamos instalada la democracia, pero por algunos culebrones, como este que nos ocupa, nos hace dudar de ello.

Pero no todo es tan complicado y difícil. Unos científicos alemanes, dicen que la batería de un teléfono móvil podrá reponerse gracias al calor de la propia mano, al igual que otros aparatos necesarios para el control de cuerpo humano, pendientes del ritmo cardiaco o de la hipertensión. La energía necesaria para tales aparatos se consigue gracias a la diferencia de temperatura entre ambientes cálidos y fríos. Se trata pues de aprovechar la variante entre el calor que produce el propio cuerpo humano y la existente en su entorno. Lo ideal sería, que ahorráramos en telefonía lo que nos gastamos en la hipoteca, mas temo que nadie lo crea, y más si cabe, ante tanta falta de cobertura a como estamos acostumbrados, por lo qué el invento puede que escatimé, pero no aliviará a nuestros bolsillos cada vez más vacíos.

Pese a ello, siempre es bueno llevar unas monedas en el fondillo del pantalón a disposición de “los gorrillas”, que con su espíritu servicial ejercido con gran maestría, nos ofrecen el mejor lugar donde aparcar. En estos días se han apoderado del paseo marítimo, bajo el sol playero, del que sin embargo, nada quieren saber. Ellos van a lo suyo, y su trabajo está penado con 500 euros, pues infringen la ley municipal que menos mal que no se aplica, en este caso para ellos, pero en perjuicio de los que tienen que aparcar rascándose el bolsillo. El conductor, temeroso de la amenaza a la integridad de su coche, claudica, y compra su seguridad por unas pocas monedas, cuya cuantía, ni perjudica a nuestra hipoteca ni libera nuestro miedo, porque en ocasiones, de vuelta al coche, lo encontramos desvencijado, con los cristales esparcidos por el suelo y revuelto en la mayor de nuestra impotencia.

Así pues, hay quienes reparten lugares donde aparcar el coche en estos tiempos de calor, mientras que la inefable Ministra del Medio Ambiente, Cristina Narbona, que cada vez que viene a Valencia lo hace para engañarnos, plantea repartir botellines de agua desalinizada por las costas valencianas a los que plácidamente descansan sobre la arena a la orilla del mar en sus días de vacaciones. Y es que la mar es muy sufrida, y lo aguanta todo: hasta la salmuera que la Ministra piensa desembocar en sus aguas. La campaña propagandística, al más puro estilo manipulador de su partido, es: “El mar, fuente inagotable de vida” y con ella, nos quiere refrescar la boca y de paso comernos el coco. ¡Qué bien lo sabe hacer! Que se sepa, el problema de nuestra Comunidad no está en la falta de agua para beber, sino para regar. Pero es igual, lo suyo siempre ha sido engañar a la gente con la picaresca del “gorrilla”, más su caradura de siempre.

Elijamos la mejor opción del verano que es la de no hacer nada, pues siempre nos vendrá bien. Al menos para reponer fuerzas y desconectar del estrés que no rodea. Dejemos de lado el Perol hasta Septiembre, pero con Cristina Narbona dentro, el mejor lugar para tan siniestra dama, que con su mirada atrancada por sus legañas, fija su atención en nosotros a través de las rendijas de sus persianas bajadas, e incapaz de mirarnos a cara abierta. Qué así sea.

09 agosto, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LXIX

El fuerte calor que nos vuelve locos, actúa sobre nuestras vidas sin pedir permiso y entra en ellas para agotarnos. Lo hace sólo de pasada, pero apropiándose de nuestras reservas que no le sirven de nada, dejándonos sobre el asfalto tirados en la ciudad, y abandonados por quienes de ella huyen con el deseo de hacer turismo. Y no sólo quedamos agotados, rendidos a su látigo cruel, sino también en la más absoluta oscuridad con la mayor de nuestra impotencia. Algunas calles de nuestras ciudades se apagan, se quedan a oscuras, y tienen que poner generadores que restituyan su luz, pero que rompen el silencio de la noche impidiéndonos descansar. No sabemos si el apagón es debido a la falta de los medios necesarios, o si al estar tan abocados al consumismo, no caemos en la vieja cuenta que hacían nuestros abuelos: de llenar los graneros durante los inviernos para cuando llegara el verano. No pensamos en ello, y lo único que tenemos en cuenta es en consumir más y más, sin caer en la cuenta de hasta dónde podemos llegar, ni lo que la Administración nos puede ofrecer. Y es que cuando se crece en desmesura, lo más fácil es que la presión aumente y sea algo lo que reviente.

A los apagones urbanos se le unen la luz de los incendios. Como el de un polígono en Albal, que ha dejado achicharradas más de 3.000 TN de pescado congelado cuando no eran estos, precisamente, quienes sufrían los calores del verano. Hasta el hielo se quema, cuando ya ni siquiera refresca. Los montes se queman por el calor y a los peces les sucede lo mismo, pero envueltos en frío; es la contradicción del verano que como la lluvia, nunca quema a gusto de todos. Si el calor dilata los cuerpos, ahora nos estruja la mente con temperaturas que pasan los cuarenta grados con más facilidad que nunca. Todo cambia. Como el climático, cual cajón de sastre que todo admite, y que seguramente tiene la culpa de todo. Sólo el transcurrir del tiempo nos hará olvidar el problema, una vez llegado el invierno que, como en los meses de calor, nunca hará frío al gusto de todos.

Y pese a tanta oscuridad, o quizá por ella misma, ya tenemos hasta espías rusos infiltrados en las entretelas de CNI. Creíamos que sólo existían cuando la guerra fría, o en las películas de James Bond, pero es que nos infravaloramos; y no caemos en la cuenta que seguimos siendo importantes, pese a tanto desafuero.

El que se ha aprendido la lección con servil rapidez ha sido Antonio Bernabé, nuestro delegado gubernamental a las órdenes de Zapatero, ahora intentado liarnos. Anda lanzando soflamas de lo que se gasta el Gobierno en nuestra Comunidad todos los días del año, cuando lo único que ha hecho desde que empezó a gobernar es parar proyectos uno tras otro, en toda nuestra Comunidad. Según nos dice, se gastan más de cinco millones diarios de euros. Sabemos que nos toman por tontos, por lo que no puede extrañarnos la memez del Bernabé. ¡Sólo faltaba que no hubiera partidas presupuestarias para Valencia en los gastos del Estado español! Me recuerda a aquellos padrinos roñosos, y sin embargo ufanos, que lanzaban baratijas de rigor a un público infantil al que obligaban a agacharse, mientras se perdían contentos por la calles fumándose un puro por su enorme generosidad.

El científico Santiago Grisolía nos propone como parte de solución al problema del cambio climático, el control de natalidad: “si seguimos creciendo, los problemas se agravarán”, nos dice; y abunda, que la superpoblación es el mayor problema de la humanidad. El qué, porqué, quién, cómo y cuándo, o sea las claves de la solución que nos plantea para tan grave problema, no están tan claras. Más si cabe, en el tercer mundo, que tanto ignora el significado de estas preguntas sin plantearse siquiera el cómo o el cuándo. En él, (tercer mundo) cada vez son más, pero se mueren antes; mientras que los que están en la parte más avanzada del planeta tardan más en morirse y las familias son cada vez más pequeñas, porque ya practican el control. Así pues, nuestro científico debe referirse en exclusiva al tercer mundo, al que habrá que explicarle la cuestión del problema con la esperanza de que lo entiendan.

No obstante, lo que dice D. Santiago es digno de tener en cuenta. No así al pronunciamiento de Rosa Regás, la tan desnortada como inculta y algo maquiavélica Directora de la Biblioteca Nacional –incapaz de cualquier reflexión intelectual acerca de la existencia de un Siglo de Oro de la Lengua Valencia al que desprecia- cargo obtenido sólo por su credo político y no por otra cosa. De melenas cortinadas donde oculta su lado más oscuro, la sectaria dama dice que ha dejado de leer la prensa, así como que ya no ve la TV, ni escucha la radio: porque todos los medios de comunicación han dejado de alabar al Gobierno. Del que gracias a él, ella cobra y vive muy bien. Abunda, en que los medios van a favor de la oposición y que por esa guisa reniega de todos. Y no nos extraña, después de oírla en tantas ocasiones dando soflamas incendiarias, hasta creencias faltas de todo rigor, pasando por multitud de memeces, el que ahora nos salga diciendo que el Imperio Polanco, el que navega por prensa, TV, aire y cable hecho a su imagen y semejanza para el exclusivo uso y servicio del Partido Socialista, nos diga ahora, que están haciendo campaña a favor del Partido Popular es porque no carbura bien. Solo conociendo a tan inculta dama, uno alcanza a comprender hasta donde llega su perverso orgullo, quizá roto de nervios por haberle llegado la onda de su pronto final.

Metamos en nuestro Perol a Rosa Regás, a Bernabé y a la Narbona, aprovechando de ésta su visita. Agitémosle con fuerza, y tras un buen garrotazo, ver si despiertan. Quizá así adquieran la conciencia que les falta y dejen de ningunear a los valencianos tratándonos con respeto. Qué así sea.

02 agosto, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LXVIII

Lo sorprendente es lo anormal, aquello que sucede rara vez, y que cuando ocurre, nos asaltan las dudas por lo inverosímil que nos resulta. En ocasiones, vemos gatos encerrados cuando no los hay, ante nuestra más insólita e imaginaria perplejidad. La bajada de los sueldos en Las Cortes Valencianas a cargo de la Presidenta Milagrosa Martínez, quizá haciendo honor a su nombre, es como un milagro en estos tiempos ausentes de fe cristiana, en los que cada vez hay menos creyentes y quizá por ello la caridad es más escasa. La decidida dama no lo ha dudado ni un instante y se ha bajado el sueldo a casi la mitad, así como ha impuesto una notable reducción a los miembros de su Mesa como también a los portavoces, de cuyos sueldos han visto exprimido un treinta por ciento sus ingresos. Quizá sea sorprendente, quizá sea anormal, o quizá sea extraño, algo que por ser infrecuente nos suena a raro. Lo que nos gustaría saber, es si semejante decisión prevalecerá en el tiempo o perecerá en su intento, con la vuelta a la normalidad, pues nadie cree en los milagros.

Es lo evidente, cuando hay viento las hojas se mueven y a nadie le extraña, ni siquiera se pregunta, si es el nuestro de Levante o nos viene de la Meseta con alguna misión a cuestas. Esto es lo que sucede en torno a Rodríguez Zapatero en vísperas de sus vacaciones de verano y en medio de un calor sofocante que nos produce agobio. Algo se mueve en torno a su actitud hacia nuestra Comunidad Valenciana, siempre tan olvidada. Los socialistas valencianos están atentos al parte, el del tiempo, ya que en cualquier instante puede anunciar fuertes tormentas, cargadas de piedras y con gran aparato eléctrico. El Presidente Zapatero lo hace con tiento, con su habitual talante: su falsa marca de fábrica que tanto daño ha producido por todo el territorio español durante la actual legislatura, ya en su recta final, y que ha destacado por enfrentamientos baldíos por culpa de un falso proceso de paz que engañó a mucha gente.

Ahora, juega una baza anidada en su alma, mejor decir en su mente, la de Jorge Sevilla. A tal propósito le dedica toda su atención, o sea, con sumo cuidado. Si antes le vino bien la docilidad de Ignacio Pla, el gestual mimo de la Albaida, tan aficionado al cava, y de tez blanquecina según vimos en los carteles de su última campaña electoral, ahora Zapatero ha colocado en su recamara al cesado Ministro, cuidándole con sumo detalle y evitando la posible deflagración.

El mando a distancia, como la batuta, los lleva Zapatero desde la Moncloa, pero conectado a la red a través de Juan Lerma, ese “niño” de pelo cano total y en paro permanente, que vive del cuento en su asiento vitalicio del Senado español. Habrá que ver lo que dice el DNI de Lerma, en el apartado profesión: si político o hábil vividor; porque si le acredita como “consejero delegado”, no se le conoce el caso, o al menos, lo lleva con mucha discreción.

Así pues, Rodríguez Zapatero mueve las fichas de dominó por su fría mesa de mármol, ajena y lejana de Blanquerias, la sede del PSPV. En ella, vemos su fachada escondida tras un colgajo oscuro y gris –incumpliendo la ley- y en su interior, presumimos unas voces calladas que sin reponerse de sus desdichas ganadas a pulso, y dando tumbos, elucubran en la más absoluta de su incertidumbre. Los socialistas valencianos navegan vacíos de contenido, pues sus credos han dejado de tener sentido, y ya no saben donde colgarlos. Salvo en su degradada fachada situada ante el porte bizarro de la Torre de Serrano que no sabe de mentiras. El único afán que les alberga, es el de mantener su buen sueldo, un estatus inimaginable para ellos y mantener sus negocios, por no decir chanchullos. Eso sí, sin crear puestos de trabajo dedicación que nunca ejercieron.

Cuando creíamos que las medusas se alejaban de nuestras costas con los remos de sus brazos, vuelven camufladas en su cuerpo transparente y flotando en su esponjoso orgullo. Dicen los vigías de las rutas de cabotaje que lo hacen en dirección a nuestra costa, a la que van llegar tarde para ver la finalizada Copa del América, por lo que tendrán que esperar dos años más, con el peligro de instalarse por todo este tiempo. A la incomodidad que suponen para los bañistas, un picazón bajo las aguas, se le unen las fuertes temperaturas que nos amenazan, así como una vez fuera de las salinas aguas, el peligro al saltar sobre las hongos putrefactos que se alinean en la arena, viendo como las aguas serpentean por la orillas del mar acariciándolos suavemente. La amenaza es doble y creciente, pues se le suman lo incendios en nuestros montes, que vuelven a ser páginas de actualidad con la única esperanza de que no abunden, porque nada saben de la América Cups.

Salvado el tiempo que nos separa del vandalismo medieval, y al del decimonónico francés que expolió a España, cual ojos del Guadiana, aparece un nuevo monstruo destrozando el arte rupestre valenciano o cuanto le viene en gana. Igual se enfrenta a garrotazo limpio o con un spray (del que sale una fetidez semejante a la que emana su aliento) a cualquier monumento, tranquilo y apacible, situado a la sombra de un jardín urbano, o quema un contenedor, almacén de sus desechos y que entre ellos goza. Por supuesto, nada semejante al instinto depredador de aquellas bestias que nos invadieron, pero que en el fondo subyace el mismo vacío de la ignorancia. El actual salvajismo nace después del botellón, del que siempre nace un ramal, el más salvaje, que se expande hacia la barbarie. Y también, no crean, antes de la fiesta nocturna, cuando la sangre está tan limpia de alcohol como sus mentes vacías sin nada aprovechable. Son las consecuencias del desastre en la enseñanza de estos últimos treinta años que ha generado una parte de la juventud abocada al fracaso. El fruto logrado, es que la inmensa mayoría no distinguen el río Tajo del río Duero, al igual que ignoran lo que somos o lo que fuimos; ni siquiera saben de allá donde venimos. Ante tal situación, a nadie le puede extrañar tanta pandilla brutal dedicada al estropicio como única actividad que les distraiga.

Aprovechemos en esta ocasión nuestro Perol para alojar en él a tanta acémila suelta, con la vana esperanza de que sea posible erradicarlas, como cualquier otra utopía siempre necesaria. Al menos, soñemos con ello. Qué así sea.