13 marzo, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - C

Igual fue el preludio de lo que nos podía acontecer en la jornada electoral del día siguiente, en la que los dos aspirantes a gobernarnos durante los próximos cuatro años, se iban a enfrentar ambos confiados en alcanzar un número de votos suficiente que les permitiera gozar del mullido sillón del poder. Allí, en la noche de la víspera, estaba dispuesto a ofrecer lo mejor de sí mismo Rodolfo Chikilicuatre esperando el veredicto de los SMS o del internet: el actual reflejo del mundo y antro oscuro cada vez más concurrido, a cuya ventana acude cada vez más gente y muchos sin dar la cara. Quizá sea por guasa, o por méritos desconocidos, o por un amor ciego e inconfesable, pero el caso es que un chiripitifláutico ganó la votación y nos va a representar en Belgrado en un festival de vida incierta y seguro que corta. En esta España nuestra, cualquier cosa puede suceder, desde el folklore más genuino al pop más estrafalario.

Efectivamente, cualquier cosa podía suceder y D. José Luis Rodríguez Zapatero, en la noche del domingo, ha ganado unas elecciones que le proclaman como el más firme candidato para ejercer como presidente del gobierno español. Para este menester gozará con un número de escaños lo suficientemente holgado como para coger la vara de mando y marcar los designios de (esperemos que todos) los españoles. Por lo que hay motivos sobrados para felicitarle por un triunfo que, al menos en esta ocasión, el sí esperaba, pero que, sin embargo, la razón para felicitarnos a nosotros mismos no está tan clara.

Principalmente, por su incompetencia manifiestamente expresada en una negociación con ETA cuyo resultado no podía ser diferente al que ha sido y que él en su torpeza ignoraba. Demasiado para un Jefe de Gobierno. Y por su vileza también, porque para salir triunfante de su desliz, ha auspiciado el desprestigio del Partido Popular según lo acordado en el Pacto de Tinei: el que él mismo ha asegurado desconocer en otra más de sus muchas mentiras.

Lo que resulta sorprendente y que el revés del NODO no está al alcance de todos los españoles es que un político que deja una legislatura en peor situación económica que cuando llegó a ella recordando a su abuelo e ignorando a otros, no sólo haya ganado las elecciones, sino aumentado su número de votos. Con seguridad la razón está en su hábil maniobra tan sutilmente diseñada desde el inicio de su legislatura provocando el resurgir y el consecuente enfrentamiento de las dos españas, como el santo y seña de sus cuatro años de gobierno.

Desde la sombra y escondiendo la cara fraguó, no solo la división entre las víctimas del terrorismo, sino su enfrentamiento especialmente en grado. Con la memoria histórica salpimentaba la contienda más vil. Y con falsas promesas daba vida a los sectarios nacionalistas en busca de la reacción de gran parte de los españoles a los que luego trataría de fachas portando aguiluchos, aunque no fueran más que cuatro. El enfrentamiento pues estaba servido, cuyas mejores rentas las obtendría en las próximas elecciones sumando para su causa el voto más radical, presentándose como garante de la paz social entre todos. Pura ingeniería con retazos de Maquiavelo y Robespierre en su estado más perverso. Sólo le faltaba poner letra a la música celestial que adormeciera a la platea; y así lo hizo: lanzando a los cuatro vientos la mentira más infame asegurando que el que miente es el Partido Popular: para que con la de éste oculte yo la mía: la de que sin una sola prueba asegure que la guerra de Irak fue la causante del 11-M.

Lo que nos congratula a una mayoría aplastante de valencianos es ver que quienes basaron su política en la manipulación constante centrando sus ataques básicamente en una falsa corrupción (indemostrable ya en doce años), en la utilización de los muertos por un accidente de metro (práctica que se han visto obligados a abandonar esperemos para siempre), en las zancadillas y freno constante al avance económico de nuestra Comunidad, en el olvido de nuestras necesidades y en los ataques a la personalidad de una región que ellos llaman País Valenciano, son cada vez más olvidados por los que sintiéndose también españoles acuden libres a las urnas sin ningún tipo de complejo, dueños y señores de su mejor voluntad.

Lo que demuestra la ojeriza y el desprecio que siente la por ahora Ministra, la ínclita Narbona, contra la Comunidad Valenciana queda bien patente en su nefasta fijación. Manifiesta tan impresentable dama, que la justificación de la derogación del trasvase del Ebro viene dada por el resultado electoral en Aragón y en Cataluña ignorando el obtenido en las Comunidades de Valencia y Murcia, víctimas permanentes de la insolidaria Ministra. Actitud ésta paralela a quienes prefieren arrojar el agua al mar antes que darle el uso que demanda la sociedad valenciana.

Llegada la hora de esta mi ya centenaria Espardeñá, toca su final, que como todos los juegos, también éste se acaba. Nos queda el recuerdo del Perol que, si de barro, se ha mantenido firme cada semana, sólo roto en el final de cada cucaña: tal y como le corresponde, “Espardeñás y Perol trencat”.

“La historia no es cosa de los hombres, sino de los vientos que soplan”.
Manuel Pimentel.

06 marzo, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - IC


La suerte está echada y sólo nos queda la cuenta de la marcha atrás a la espera de una jornada electoral, en cuyo resultado final todos los medios de comunicación parecen estar de acuerdo. Dicen los profesionales de las encuestas elaboradas desde sus mismos puestos de trabajo -algunos dicen que corresponde a un trabajo de campo, no sabemos si azul o rojo, verde o seco- que la diferencia entres los dos firmes candidatos a la Moncloa está entre los dos y cuatro puntos, por lo que parece que la herida no es muy grande. Veremos el domingo quien queda KO, por lo que es cuestión de esperar y tener algo de paciencia, convencidos que tras el veredicto, todos dirán que salen ganando aunque unos lo harán más contentos que otros.

Mantengamos, eso sí, el deseo de que no vuelva a repetirse un suceso semejante al de las últimas votaciones de hace cuatro años, y que tanto marcó la intención del voto de quienes, en su indecisión, mantenían la duda hasta el último instante. Así pues, según las encuestas hasta ahora conocidas será Zapatero quien nos gobierne en los próximos cuatro años, salvo, claro está, que la única que no conocemos, la de las urnas, nos diga otra cosa.

Atrás quedan cuatro años de mentiras y de manipulaciones, de un talante Zapatero falso y sectario, en los que la responsabilidad del Jefe de Gobierno ha sido inexistente, más dedicado a jugar con fuego que a cumplir con su obligación. Incluso hasta pasado el momento de una explosión, que quiso sanarla recurriendo el ungüento de la mentira, su habitual forma de gobernar.

Atrás queda también la segunda parte de un debate en que las constantes mentiras de Zapatero, claramente denunciadas por Rajoy, han quedado manifiestas ante la cara desencajada y labios prietos de un presidente de Gobierno convertido en un auténtico peligro nacional.

Lo que quedó bien clarito y todos vimos es que la economía no es su fuerte, cuyas consecuencias tanto estamos sufriendo. Y ello, a pesar del curso acelerado de cuatro días que le impartió Jorge Sevilla, ofertado por éste a Zapatero en un momento estelar captado por un micrófono abierto a principios de legislatura, al igual que sucedió hace unos días ante el mismo Gabilondo al que expresara Zapatero sus deseos de tensión, por lo visto y oído tan necesarios.

Si había alguna duda del carácter infame de Zapatero, ello ha quedado bien patente en el momento más ácido del debate, cuando, el por ahora Presidente, saca a la palestra los muertos de un atentado terrorista que le llevaron al gobierno y de cuyas rentas, por lo visto, quiere seguir aprovechándose como un valor añadido, en este caso miserable. Coincidió con el momento más torpe de Rajoy, quien quizá confiado en que la desfachatez de quien tenía enfrente no alcanzara tal grado de infamia, no supo hacer callar a Zapatero cuando éste no tenía la palabra, al verse obligado a ocultar su patraña.

Vimos pues en el debate a un Rodríguez Zapatero marrullero con Rajoy, a cuyo juego sucio acudió repetidas veces, tantas, como aquellas en las que se veía incapaz de rebatirle.

Lo que es de premio es el canal televisivo de la Sexta, que, en el mismo instante de haber terminado el debate, cuando ambos se despedían de Olga Viza, se sacó una encuesta de la manga dando vencedor a Zapatero por una diferencia de treinta puntos en el más claro ejemplo de lo que es manipular a la opinión pública, cara a un domingo electoral induciéndole al voto.

Tampoco nos extraña la reacción del PSOE ante la elección como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal del Cardenal Rouco. Mientras que en un comunicado oficial felicita tanto al elegido como a la institución, máximos representantes del Partido lanzan sus soflamas incendiarias contra el nuevo Presidente, como es el caso del Pepiño Blanco, soez y tabernario, o la actual Ministra de la Vivienda, la emperifollada Chacón, quien representado al Gobierno lanza un nuevo ataque a la Iglesia a la que desean esté callada.

Agotada pues la actual legislatura y exhaustos de tanto mitin los políticos de uno y otro bando, quedamos todos a la espera del último suspiro dominguero al filo de las veinte horas, el instante del apagón de las urnas y de la luz de los sondeos, cuyo destello no será bien recibido por todos. Siempre nos quedará la esperanza de que gobierne quien gobierne algo habrá aprendido de una legislatura llena de errores, de cuya responsabilidad, que es de todos, aquel que ha ejercido como Jefe de Gobierno debe ser el mayor garante.

Así pues, alcemos nuestro Perol en esta penúltima “Espardeñá, y con aire festivo disfrutemos con la cucaña de una jornada electoral.

28 febrero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCVIII

Nuestro siglo XXI, el de las dos Españas de Zapatero producto de su talante y con cierto grado de tensión. Destrozado el liberalismo decimonónico por aquellos quienes se adueñaron del estandarte de la libertad; superadas las amenazas dictatoriales que habían surgido entonces sobre Europa reaccionado contra los modos de aquellos; caído el muro de la infamia que ha tenido engañado durante casi todo un siglo a parte de una intelectualidad ciega y llena de orgullo, llegamos al umbral de un siglo cuyo futuro nadie ve claro por las turbulencias que todos presumimos. De aquel barro estos lodos. Las mentiras, cada vez más virulentas usadas como siempre por el izquierdismo manipulador, son los colgajos de un escenario entre los que surgen de nuevo las dos Españas, otrora machadianas, en la actualidad de Zapatero. Si ambas fueron belicosas, sobre todo en los momentos más incendiarios, en la actualidad y con alto grado de tensión, merced al tufo que desprende el mundo panfletario de los medios de comunicación, tabernario a veces, puesto al servicio de lo políticamente correcto, todo parece propuesto a la consecuencia de una idiocia próxima a las más absoluta ignorancia, tratando de representar una España de charanga, pandereta y andas de engaños, que mantenga a la izquierda en el poder dispuesta a su enriquecimiento personal, como es el caso de todos los pesos pesados del Partido Socialista hasta hace unos años con chaqueta de pana, esas de baratillo.

La actual España interclasista, que pese a su lógica preocupación sólo mira al futuro, ambiciona dejar atrás un pasado del que escucha anonadada viejas historias de abuelos avivadas con el palmito de un patán, el más preclaro vendedor de una película en la que los opresores y los oprimidos recrean su mejor guión en un escenario tan falso como aquellos de Almería del espagueti western de Sergio Leone: el del voraz y orondo capitalista frente al famélico obrero aliñado por el sabor rancio de un cacique que Zapatero trata de resucitar, necesitado como está de cebos, dispuesto al engaño más miserable propio de su talante más innoble.

Corresponde el presente a las dos españas enfrentadas por las que tanto goza Zapatero -porque sólo en la división ve su futuro- a las que alerta contra el Partido Popular utilizando las soflamas de siempre con el firme propósito de inculcar los miedos en el electorado como único argumento válido en su camino a la Moncloa que se resiste abandonar.

Vuelven pues los juegos de trileros, los de los truhanes, a los que los socialistas muestran cierta maña y una gran afición. En estos días vemos cómo tratan de adormecer en sus mítines las mentes ciegas de sus seguidores culpando al Partido Popular de que los campos valencianos no reciban agua, y que en su programa de gobierno ya no aparece el trasvase del Ebro. Tal mentira, es un desprecio a su propio electorado en su convencimiento de que no saben leer o que no fijan su atención en el papel escrito, cosa, por otra parte, que más bien parece cierta. Quizá también esté convencido de la existencia irresponsable de un sector decidido a darle el voto y que a él acude, convencido que con sus mentiras podrá salir victorioso de unas urnas cuyo sentido Zapatero mancilla.

Es el todo vale, el del descrédito al oponente, avergonzado como está de sus propios fracasos de cuatro años de gobierno que trata de ocultar y de los que por cierto dice no estar avergonzado. ¡Qué pocas veces se arrepintió un patán!

Quien pone el dedo en la llaga es Rosa Diez –lo poco de digno que les quedaba-, por lo bien que conoce todas las interioridades de un Gobierno que sólo ella se ha atrevido a denunciar, ante el silencio cómplice de sus propios compañeros del PSOE de cuyo pesebre quieren seguir comiendo.

Terminada la primera parte del gran debate televisivo entre los dos máximos aspirantes a velar por nosotros, nada nuevo hay bajo el Sol, pese a que la que hora del alto el fuego fue al filo de la medianoche, esa en la que todos los gatos son pardos. Allí acudió Rajoy, con su carrito de la compra a media carga, traqueteante, sin remiendos, olvidado por quien tiene la obligación de cuidarlo y cuya única ayuda es el anuncio de una paga extra de 400 euros si gana las elecciones. Esa paga que los más necesitados, los económicamente débiles, no solo no verán de ella ni un solo euro, sino ni siquiera una sola peseta: la más clara muestra y la expresión más cierta de la política social del actual Presidente de Gobierno.

Allí acudió Rajoy, a recordarle que su apuesta más importante para la actual legislatura, pactar con ETA, ignorante de que ésta jamás aceptará una España autonómica -nunca ningún anterior gobernante se atrevió a tal despropósito en beneficio de ETA- no sólo le deslegitima para gobernar, sino que ha dado el fruto de que vuelvan a las instituciones los que tienen sus manos manchadas de sangre.

Allí acudió Zapatero con su carrito llenito de mentiras asegurando no conocer el Pacto de Tinei firmado por su propio partido, dispuesto a desviar la atención mirando sólo al pasado con la única intención de manipular a la opinión pública, como en el caso de su insistencia en que en el programa del Partido Popular no figura el trasvase del Ebro. Sólo los lerdos ignoran el significado de transferir aguas de cauces excedentarios a zonas secas en el marco de un Plan Hidrológico Nacional, por lo que hace presumir que sólo a ellos va dirigida la manipulación de Zapatero bajo los focos del plató televisivo. Quien cerró el debate deseándonos suerte, y que una vez vista su forma de gobernar tanta falta nos hace.

Metamos en nuestro Perol las mentiras de Zapatero, que aunque pequeño, sirve al menos como el mejor recipiente donde a fuego lento se pueda limpiar el jarabe sucio de sus palabras.

21 febrero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCVII

Nos interesa la tensión, Iñaki!- le decía el nieto de su abuelo en el plató de su propia casa televisiva, la de Prisa, ese grupo mediático diseñado con las cenizas del Movimiento y cuyos objetivos asimiló. Se lo decía a Iñaki Gabilondo, aquel el del kamikaze, cuyo invento utilizó como punto de inicio hacia una sutil maquinación.

-Los sondeos van bien, Iñaki, pero nos interesa la tensión, que lo nuestro es tensionar, -debió de repetirle el nieto de su abuelo- preocupado como estoy por la “tensión”, y que, mientras se enfrentan los unos a los otros a nosotros nos viene muy bien. ¡Iñaki! ¡Es esto lo que tenemos que hacer! Que cada uno a lo suyo, que a los nuestros les gusta, tan contentos como están.

Así, más o menos, debió de terminar aquella pérfida perorata, el maligno manifiesto, o lo que simplemente pudiera ser la orden de servicio para la campaña electoral pronta a comenzar, momentos después del “corte interruptus” producido por alguien que cuando se dio cuenta de que ambos estaban en el aire, alarmado porque el nieto de su abuelo mostrara a los cuatro vientos la auténtica verdad de su talante, cerró la llave ipso facto. Así, de aquella guisa, le escuchaba Iñaki, el de las encomiendas al servicio del socialismo español, ignorando ambos que “las paredes oyen”, cosa que por cierto muy bien sabía Juan Ruiz de Alarcón.

Iñaki Gabilondo, el que hace unos pocos días y en grata conversación con Zapatero, esta vez más atentos a la platea de la opinión pública ante el televisor, –la entrevista ácida la había agotado Iñaki con Rajoy unos días antes-, le preguntaba al nieto de su abuelo a instancia de un oyente si sabía la fecha exacta de la Revolución Rusa –prueba que Zapatero superó- pero no aprovechó la ocasión para preguntarle por la de Asturias, hija ésta de aquella y ambas tan relacionadas, y de la que su propio partido fue el principal promotor para derribar un Gobierno constitucional salido de las urnas. Pregunta que, por supuesto, también hubiese sabido contestar con mayor facilidad aún si cabe, pero con un ligero carraspeo en su garganta, allí donde nacen todas sus mentiras.

Ya en plena campaña electoral, el anticlericalismo rancio y analfabeto siempre en la palestra, inescrutable al desaliento, no cesa en el más puro ambiente manipulador. Ese árbol de frondosa vegetación, casi iletrado, que impide ver el bosque a quienes sin tener ningún vergel, nutren sus raíces de un odio visceral acumulado en ausencia del más elemental discernimiento.

Ahora, como siempre, les da por insultar y tratan de forma despreciativa el significado de derechas a la que tratan de violenta. Como si no fuera el santo y seña de la camada de incendiarios de puño en alto con estandartes de asesinos reconocidos por todos cantando la Internacional, o quemando la imagen de un Jefe de Estado refrendado por la actual Constitución animados por Gaspar LLamazares. O como si fuera la derecha quienes amenazan a las mujeres cuando van éstas a dar una conferencia a un centro universitario con sus manos blancas pertrechadas sólo de la palabra, como han sufrido María San Gil, Dolors Nadal, Rosa Diez en el plazo de los últimos siete días. El fruto de los enfrentamientos auspiciados por Zapatero desde el primer día en que llegó a la Moncloa, sembrando vientos contra el Partido Popular de acuerdo con su talante, cuyo significado y alcance ha quedado bien claro en el plató televisivo de su propia casa.

Las universidades españolas, centros de debate y de la reflexión, se han convertido en todo lo contrario con la mirada a otra parte de sus rectores que no nada hacen por impedir el acceso a las aulas de quienes son sobradamente conocidos en sus modos y maneras. Cosa que sucede, especialmente, donde la barbarie del izquierdismo nacionalista –turba, que por lo visto ignora la Academia del Cine- se ha hecho dueño del debate, insulta al argumento, oculta la razón y menosprecia al oponente. Y esto último como mal menor.

Cosa que también sucede en la Universidad Literaria de Valencia, donde defender la historia y personalidad de la Lengua Valenciana resulta un imposible para cualquier profesor hombre libre que se precie, merecedor para el que lo haga desde el insulto más sectario hasta la amenaza personal. El debate en la Literaria valenciana sobre nuestro pasado cultural pasó a mejor vida y el pensamiento único, tan doctrinario como inculto, se ha hecho dueño de un claustro disfrazado con la mentira y dispuesto a la usurpación de nuestra Lengua.

La virginidad, tan necesaria en los matrimonios medievales de estado, cuya autenticidad había que demostrar sin pudor con la mancha roja sobre el blanco lino para ofrecerla a los ojos desconfiados de una nobleza en los instantes previos a una boda real, tiene la gracia de pertenecer a un recuerdo con aires de sainete, pero que trasladado a nuestros días, como prueba documental, nos suena a la guasa más profunda, a la más mezquina, a la más estrafalaria. Ahora va, y resulta, que la Vicepresidenta del Presidente es “la mayor fallera del reino” y nos enseña la fotito de fallerita infantil de muy pocos años de edad, como la mejor prueba de una valencianía virginal. Todo nos resulta tierno y conmovedor, al gusto de una corte enfervorizada, presa fácil, convencida de lo que la Vicepresidenta del Presidente nunca ejerció.

La izquierda valenciana, fiel a la orden de la necesitada tensión y en un estado de hostilidad latente, tal y como lo define la RAE, ajena al futuro, sólo mira al pasado y nos lleva en andas paganas al 23-F, o los tiempos del la Inquisición, en un ejercicio ausente de la más elemental intelectualidad, de la que sin embargo tanto presumen.

Lo mejor será cocer a fuego lento la tensión que nos ofrece Zapatero, manteniendo la esperanza de que su propia mezquindad se pierda entre los aromas pestilentes de sus propios vapores, una vez haya hecho “perol trencat” el anuncio de su infamia.

14 febrero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCVI

Leo el titular, casi de reojo, sin hacerle mucho caso por lo que tiene de blasfemo –no solo Dios se merece respeto- y me froto los ojos. Quizá siga durmiendo entregado a un sueño inexistente alojado en los meandros próximos a los de una escombrera donde quizá se esconda una pérfida dama. Pero no, estoy despierto y el café caliente en las manos de una servicial muchachita de ojos dulces, dejado sobre mi mesa, es la señal diáfana de que estoy despierto lejos de la cálida almohada una vez cumplida mi obligación del reconfortable sueño reparador de todos los días. Acerco el titular de prensa a mis ojos, alucinado, escudriño la letra pequeña, y allí está, clara y concisa la blasfemia que tanto llamó mi atención: “Se ha actuado contra ANV en el primer minuto en que se han tenido las pruebas”.

La frase sale de los labios secos, amenazadores e irreverentes, de la Vicepresidenta del Presidente del Gobierno español. En ellos y en ella, se representa el más puro distintivo de la mentira del izquierdismo manipulador, el más lacerante que atesora la izquierda, cuyo máximo servicio hemos visto en la legislatura que en estos días se termina y que tanto nos ha tocado sufrir. Una frase insulto a la inteligencia humana tratándonos de borregos, y que encierra toda la perversidad propia de un talante que ha colmado de mentiras estos últimos cuatro años de la historia de España, tan maltratados por la mano siniestra de Rodríguez Zapatero, el nieto de su abuelo.

Un hombre, Zapatero, que un día antes del 11-M sólo aspiraba impedir la mayoría absoluta del Partido Popular y que desde tres días después, cuando se vio por accidente huésped de la Moncloa, se ha dedicado a la mentira más recalcitrante, mintiendo al decir que son otros los que mentían para que otros, cautivos, creyeran en sus mentiras. Así han transcurrido estos cuatro años, hasta el momento del café mañanero de 1,20 euros, cuando me encuentro leyendo un titular de la Vicepresidenta del Presidente en cuya letra pequeña decía lo mismo y sin que en el resto de la entrevista se induzca a una mala interpretación.

Estamos en la época del diseño mental, del calcetín de marca imbécil, del guiño del farsante que más bien pudiera ser del mismo diablo o del cómico sectario, del intelectual de barro, armado con el aguijón de escorpión, semejante al pirómano que pretende incendiar la paz de la calle, o dispuesto al uso del veneno, como aquellos incendiarios de iglesias camino hacia una sangrienta persecución religiosa avivando la mecha de una guerra civil que anhelaban con ahínco, en una más de sus muchas variantes que siempre han utilizado contra un institución a la que siguen machacando y que ahora tratan de silenciar. De tal guisa, manipulan a la opinión publica tratándola de convencer que la Iglesia no puede opinar como cualquier otro tipo de Asociación, Colegio Profesional, Grupo Periodístico (por ejemplo Prisa, el mayor emporio de la verdad a medias y de la mentira al completo, el de la manipulación puesta al servicio de la izquierda como jamás disfrutó nadie en democracia y en la que tan desvergonzadamente actúan por tierra, por mar y por aire) Económico, Sindical, Gremial que se precie. La actual campaña panfletaria es una desvergüenza que descalifica como personas libres a quienes acepten el juego de este chantaje intelectual, o simplemente, el de un maltrato mental que sufren. El que busca eliminar el más elemental discernimiento que hace distinguir a cualquier ser humano de los del otro bando, del que corresponde al mundo animal.

El mundo de los guiños de ojo abierto con la legaña de la subvención, el del pan y circo, el de esos que presumiendo de lo que no son desde su fondo miserable llegan al insulto ramplón y barriobajero de tratar de turba mentirosa a quienes, sin duda alguna, son de mejor crianza que ellos. Esos infames que pertenecen a una parte de la Academia del Cine español de leva, que nada tiene que ver con la de aquel mundo del celuloide de blanco y negro, allá por los años cincuenta, aquellos los de oro del cine español, cuando los Bardem, especialmente, (las películas de éste tuvieron varios premios del Sindicato, y algunas, hasta declaradas de Interés Nacional), Berlanga, Neville, quienes subían en repetidas ocasiones al estrado del Sindicato Nacional del Espectáculo en traje de smoking, pajarita de alas al viento, ojos risueños y alegres, con cierta dosis de glamour y con la imaginación talentosa de sus manos limpias –mucho más que las de los mercenarios de la actual Academia del Cine- dispuestos a recoger los premios conseguidos gracias a su esfuerzo con el único merito de la calidad de sus películas y prestos a dar un abrazo al señor Ministro de turno, el sonrisas de Solís.

Una legislatura de pérfidas mentiras en las que han manipulado a la opinión publica diciendo que Aznar autorizó al PCTV (indecente mentira, toda vez que son cientos las asociaciones legalizadas, pero sin vida, desde hace muchos años y que astutamente Batasuna se apropió de una de ellas como muy bien sabe el socialismos manipulador).

Una legislatura pregonando que Aznar también negoció con ETA (indecente mentira, porque ambas situaciones no admiten ninguna comparación; y ellos lo saben).

Una legislatura afirmando que el 11-M fue consecuencia de la guerra de Irak (cuyas pruebas son las mismas que las que confirman la relación de ETA con el 11-M).

Una legislatura en la que han ignorado la constante información del rearme de ETA que les llegaba desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado mientras estaban negociando sin cesar; y nos aseguraban otra cosa.

Una legislatura de confrontación, de cunetas, de gritos de ¡asesino!, de potenciación del odio, del anticlericalismo, del nacionalismo sectario, de la incultura escolar tan deseada, de la falsificación de nuestra Historia, del adormecimiento y del insulto a las victimas del terrorismo a toda Prisa.

La más alucinógena legislatura del talante con la que aspiran a seguir gobernando otros cuatro años más, con la esperanza de conseguirlo al mejor precio. Lo mejor sería meterla en nuestro Perol como un sueño, donde la vuelta a los enfrentamientos y el recuerdo innecesario de un pasado cuatro años olvidado, no hubiera ocurrido.

Nota: Maria San Gil salvajemente acosada y con amenazas de muerte, mientras que la izquierda calla escondida en sus miserias: “por sus obras los conoceréis”.

07 febrero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCV

No hay peor censura que la de uno mismo, esa que fundida a fuego lento desde el crisol de su propia alma le limita su horizonte dirigiéndolo hacia una sola parte. Porque para la censura exógena siempre hay resortes con los que superarla, pértigas para salvarla, imaginación para vencerla, y… el tiempo.

Siempre tendremos el tiempo a nuestro favor que todo lo resuelve, y que pese a las dificultades, las amenazas, o los miedos que nos atenazan, siempre llegará el momento calmo de la bonanza del mar de los días limpios, claros y gratos, que nos llevarán al buen puerto, ese que resulta ser siempre tan deseado. Sin embargo, con la censura de uno mismo, con la que uno se esclaviza, y que resulta ser la más cruel de todas ellas, provocadora de penas y quebrantos que dañan al sistema nervioso, la perspectiva para quien la sufre es tan corta y muerma, que el traje de lo políticamente correcto le queda acoplado a un cuerpo sin flecos, rígido y sin capacidad de maniobra. Y también algo tosco, sin los lazos de los días de fiesta, sin las cintas de rica gama de luces que tanto ilumina. Condición ésta que obliga a perder a quien la sufre el garbo cordial y amable, perfumado por el viento de su propia libertad. Algo de esto fue lo que le sucedió a Colón.

El navegante genovés no es que estuviera preso de su propia censura, pero obstinado en su decisión, sólo se escuchaba a sí mismo, sin buscar nuevos datos que ratificaran o negaran su creencia. En esto consistió su error, del que por cierto él nunca fue consciente, aunque aquellos eran otros tiempos y entenderlo nos resulta mucho más fácil. Su espíritu aventurero y su deseo de gloria obstinaron al navegante convencido de haber llegado a las tierras que buscaba, cuando sólo era un esclavo de sus creencias y huraño de una mayor información. Colón, dueño y esclavo de su propia verdad, de haber sabido la realidad de todo lo que aquello representaba su alegría entonces hubiera sido mucho más inmensa.

Otro italiano más avezado, uno que pasaba por allí, un tal Américo, libre de amarras y con más amplia perspectiva, con más datos y mejor información, se dio cuenta del alcance y significado de las nuevas tierras descubiertas por su paisano, anotándose él el tanto y logrando pasar a la posteridad al bautizarse el Nuevo Mundo con su nombre de pila, pero adornado con faldas. Un apesadumbrado Colón, enfermo, abatido, pobre y prácticamente olvidado por todos, victima de su propia vanidad, murió con poco más de cincuenta años sin saber el alcance de su descubrimiento. Fue una pena.

El batasuno Barrena, también esclavo de su ignorancia, prisionero de su odio, censurado por si mismo y ajeno al mundo exterior que le rodea, no ve más allá de sus propias orejas, las que le han servido a Baltasar Garzón para mandarlo a la cárcel. Lo que no es una pena.

Mientras tanto, el actor Alberto Sanjuán, reciente Goya a la mejor interpretación, en su más panfletaria actuación pidió en la noche del cine español la disolución de la Conferencia Episcopal. Lo que no sabemos es si es por su esclavitud adoctrinada, o si en agradecimiento a los más de 60 millones de euros recibidos recientemente de los presupuestos del Estado por el cine español. Pero lo que sí es cierto, es que ha sido sin el previo visto bueno de los fieles aficionados al cine, sus confesionales seguidores, que asisten a las plateas de los cines tantas veces desiertas, y que no han marcado la crucecita del IRPF ofreciendo la donación.

Otra vez el anticlericalismo y la amenaza de Pepiño a la Iglesia Católica afloran necesitados del voto fácil que buscan con denuedo, convencidos en la rentabilidad de volver a un pasado avivando el fuego de un odio visceral, cuyo calor bochornoso pretende alejarnos de la realidad agobiante que provoca sofocos para llegar a final de mes y sostener con dignidad la cesta de la compra cada vez más escasa.

Como lo es el problema del agua en nuestra Comunidad cuya solución es tan sencilla como lo es el trasvasar el agua desde donde se pierde hacia donde hace falta, y que se ha convertido en la auténtica prueba del nueve de la solidaridad nacional, por cierto cada vez más en entredicho.

Dejemos abierto nuestro Perol con la esperanza de que por él huyan los amarres que privan la posibilidad de pensar a quienes en su ignorancia solo saben mirar hacia una parte, privando a sus ojos gozar de la entera y verdadera libertad.

31 enero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCIV

La mentira es como una costra ruda, inodora, de aspecto suave a veces, que extendiéndose a fuego lento va tomando forma en los cuerpos acomplejados con la intención de fijar su residencia el mayor tiempo posible. Y no le importa ser descubierta, porque en su insistencia, sabe tomar, a finas láminas, nuevas formas que cogen cuerpo y se adhieren a si mismas como una segunda piel, o las que hagan falta, como una tercera dimensión sin lindes y proyectada hacia el infinito.

La mentira es una auténtica costra pegada a una herida que se alimenta intermitente por la calenturienta envidia hacía todo lo que a uno le rodea, o cuando en su evolución más infame, toma cuerpo el odio sanguinolento hacia todo lo que se desea, pero que nunca podrá tener a su alcance.

La mentira del comunismo internacional nacionalizado en España con el “partido”, entiéndase el PCE, en aquellos años de la transición hacía una libertad por la que dicen ellos que lucharon, se vio después descubierta al caer el muro de su infamia. Y fue cuando se vio obligado en su habitual escenario de baile de disfraces a buscar uno diferente, entre los muchos que había ante un amplio vestidor de prendas de diseño, pero con tintes de estafa que ya a muy pocos podían engañar.

Nació así Izquierda Unida, con matices “verdes” o “ecológicos”, con embozos de noche oscura, con antifaces de fiestas en el parque de cualquier domingo mañanero, con máscaras entre bambalinas teatrales, apoyada por las mentiras de un cinematógrafo sucio y mugriento, dispuesto al forraje de la más necesitada subvención.

Izquierda Unida, más que unida condenada a fundirse hasta su desaparición, sólo le queda el recurso de las luchas internas en busca del botín, en las que como los rosarios de la aurora recurren ante los tribunales de su propia Inquisición.

Los nacionalismos, tanto el vasco como el catalán, que ven en los tribunales institucionales su mayor enemigo, siempre se nutrieron de una soflama permanente viendo en las críticas a sus acciones partidistas el ataque al conjunto de sus regiones respectivas. Ambos nacionalismos se han convertido desde sus mentiras en la mayor amenaza para la democracia española, cuya principal defensa debería ser contra el engaño permanente de aquellos.

La Barcelona que buscaba y encontraba parcelas de libertad junto al bohemio libertinaje de los años setenta, se ha convertido en la del pensamiento único que ignora a quienes se dedican a pensar por ellos mismos: los liberados de las mentiras que fluyen desde los emisores de la Generalitat Catalana hacia las antenas de los que sin embargo prefieren ser sus esclavos. La nobleza y gallardía del pueblo vasco de los años setenta ha sido sustituida por la mentira permanente alimentada con la gasolina encendida de un odio hacia España, transformado el engaño en la metástasis que sirve para destrozarse a si mismos, sin que el Gobierno Vasco esté dispuesto a combatir el mal, sino más bien a engordarlo.

Dije en alguna ocasión, que los dos grandes males que nos asolan, los estandartes de las dos Españas machadianas que siempre florecen cuando a la izquierda les conviene, están, en el fondo, en esa derecha que dice defender al obrero y nadie se lo cree, mientras que la izquierda dice lo mismo y son muchos los que sí se lo creen. Males difíciles de arreglar mientras determinados complejos indelebles no se superen. Las dos Españas, arteramente separadas y manipuladas, porque a los ríos revueltos los del izquierdismo manipulador siempre sacaron su beneficio, y que no la prefieren unida. La utilizan como les conviene, como hacen con Antonio Machado que si siempre fueron dos hermanos, ahora pasados más de treinta años, sólo mencionan a uno.

Si la mentira es una gran patraña, en la fiscalidad encuentra su mejor acomodo en los instantes previos a la jornada electoral. A aquella acuden los partidos ante las elecciones confiados en que con la compra de votos, el mundo estará en sus manos. Caído sobre ellas con la misma facilidad que lo hace el higo pansido sobre la tierra a la que se somete, hundido en el légamo por su propia fragilidad. Recurren pues a la calculadora con suma frecuencia, como a la magia en la propuesta de rebaja en un IRPF ya exento para muchos. La paga extra de 400 euros para todos, se convierte en una mentira más del Zapatos, porque la ventanilla estará cerrada para quienes están exentos del impuesto dispuestos a vender su voto. Caciquismo decimonónico que como el Guadiana, hace acto de presencia en los inicios de este siglo en el que según nos dice Bono la lucha de clases pertenece al pasado.

Oír esto de labios de Don José Bono y a Pepiño Blanco arremeter contra los “capitalistas pizarros” más parece alimentar el deseo de liar al personal que otra cosa, aunque sea del agrado de quienes en su ignorancia y anclados en el pasado no pueden soltar amarras de su inquina al burgués

Algunos de los de la farándula y del mundo de la canción, los correligionarios de siempre, han firmado un manifiesto en contra de la sentencia firme del Tribunal Supremo que obliga a proteger las ruinas del “teatro romano de Sagunto” de los garras depredadoras de unos memos, que lucen el halo iluminado de una supuesta intelectualidad. La que más parece la cutre y obligada cantinela de siempre, propia de los que pertenecen a un mezquino banderín de enganche dispuestos a actuar las veces que haga falta. Los que están siempre dispuesto al más glamoroso sarao del despilfarro, como también a lucir su palmito en cualquier enfervorizado mitin de las mentiras, en la más desvergonzada de las levas y siempre de acuerdo con un guión rancio en el tiempo, por lo gastado y falso.

Al Perol con tanta mentira de quienes en ella ven su única forma de medrar manipulando a la opinión pública para conseguir su voto utilizando un nuevo talante. Nada nuevo por cierto, más propio de quien pasara a la historia llamándose “El Tempranillo” utilizando al pueblo que él decía defender.

24 enero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCIII

Aquel viejo sabio calderoniano, de andar pausado, cuyo mayor consuelo fue ver asombrado que otro sabio recogía las hierbas que él mismo iba dejando a lo largo de su camino, debió de ser un hombre cuyo mejor patrimonio fuera el verse investido de una bondad infinita, a la que sin duda se unía una inmensa sencillez. Quizá pensaba en su interior, afirmando sin aspavientos y bien consciente de ello, que él, lo único que sabía era que nada sabía; mas ésta es otra historia nada que ver con la del poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro Español. A tal conclusión llegó Sócrates, el filósofo griego, cuya oratoria fácil y sugestiva era capaz de persuadir sin ninguna dificultad a sus muchos oyentes, siempre tan alucinados como después cautivos. Uno de sus discípulos llegó a la firme determinación de que el mal estaba en los hábitos y costumbres de la época, mientras que el bien residía implícito en las personas. El tal discípulo fue el creador de la escuela cínica, a la que muchos se matricularon con gran alborozo. Éste habito persiste en nuestros días y el cinismo llena las aulas de nuestras vidas, cuyas listas de espera cada vez son más extensas.

El cinismo pues, cada vez más incrustado entre nosotros, ya no nos sorprende y sus hijos siguen creando escuela. El otrora alcalde elegido a dedo en los tiempos franquistas y luego tantas otras cosas más, Cipriano Ciscar, el autor del genocidio cultural de un enterramiento arqueológico, nos invita en estos días “al necesario consenso para que Sagunto no sea escenario de enfrentamientos.” Y con su pelo ensortijado me lo imagino vestido de túnica blanca, luciendo un halo imaginario, fiel al discípulo de Sócrates y con la nota más alta de cinismo jamás alcanzada. Decir que no quiere enfrentamientos y escucharlo de su boca –al causante directo del conflicto- no solo provoca estupefacción sino la más firme convicción de que el cinismo alcanza en él, su cima más elevada. Su desvergüenza defendiendo acciones condenadas con rotundidad por el Tribunal Supremo es tal, que no tiene parangón, y de ser un hombre con decoro, mejor sería que estuviese callado liberándonos de escuchar de sus labios tan cínica invitación.

El cinismo vive momentos de esplendor previa la jornada electoral, y ahora, la izquierda, de forma sibilina se está haciendo pasar como que es monárquica respetando a la Corona, sólo para atacar a la derecha a la que acusa de que estar contra Juan Carlos. Para tal fin, insiste en llevarla hacía una posición de extrema derecha que tanto necesita, y con ello seguir manipulando a la opinión pública a través de su extensa sinfonía de colores en los medios de comunicación, puestos a su alcance.

Y en lugar de preocuparse de Rosa Diez, a la que han vilipendiado con la peor saña, la exeurodiputada socialista que se atrevió a poner el dedo en la llaga denunciando tanto las mentiras como el entreguismo de Zapatero en una de las páginas más negras del socialismo español de los últimos años -enriquecimientos personales aparte-, tratan ahora los “socialistos” de rentabilizar que Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de Madrid, no figure en las listas del Partido Popular al Congreso de los Diputados. En su constante manipulación de siempre, su impronta más legendaria, no cesan, y recurren al cinismo impregnado en sus carnes, de cuyo concurso no pueden desprenderse.

La campaña electoral es la que manda y marca el guión de la gran farsa dispuesta para el engaño ante la hora de depositar el voto. A la sombra de la sede del Partido Popular en la calle de Quart y bajo los árboles centenarios del Jardín Botánico, justo a su lado, la Vicepresidenta del Presidente, la autora de la firma de la derogación del trasvase del Ebro arremete contra Manuel Pizarro, a quien acusa, según ella, de estar también en contra del trasvase. La pimpolla de colores vivos y flequillos lanceros no es que practique el cinismo electoral, que bien pudiera en parte justificarse en estos días previos a las elecciones, sino que lo tiene incrustado en sus adentros y lo utiliza haciéndonos creer que siente algo por Valencia, a la que tanto ignora, y que al igual que su Presidente, ha despreciado tantas veces. Ahora, nos anuncia una “dársena per a tots”, en una proclama que en su boca, más parece un puro esperpento. O como en la “Guía de Campaña” del socialismo español, cuando afirman con gran desvergüenza, que el Partido Popular, “arrogante, autoritario y provocador” utiliza el atentando del 11-M para “apuntalar su victoria electoral”, olvidando cómo llegaron al Gobierno. Cinismo en su estado puro: esencia más genuina del insaciable izquierdismo manipulador de siempre, berroqueño, tan del agrado de sus más fieles y adoctrinados seguidores, incapaces del más simple discernimiento.

La dosis de cinismo en el PSOE es inagotable y desprenderse de él, que de forma indeleble se viste, es un imposible. El Ministro de Justicia, el rockero Fernández Bermejo, nos dice “ahora” que sí hay pruebas para ilegalizar a ANV y al Partido Comunista de las Tierras Vascas, justo antes de las elecciones. Esta claro pues que nos toma por tontos. Las pruebas, que no nunca nacen por generación espontánea, es cuestión de buscarlas o de esconderlas, según interese en cada instante, y esto es lo que ha hecho Zapatero a lo largo de esta legislatura, y que ahora cuando agoniza, quiere presentarse ante el Juicio Final de las elecciones libre de culpa y con la sonrisa cínica de sus labios.

A fuego lento y bien cocido tendremos que poner al cinismo que nos gobierna en nuestro Perol. Tengamos la esperanza de concentrar su caldo y como cualquier residuo radioactivo desprendernos de él, enterrándolo en el cementerio atómico que nos protege.

17 enero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCII

El rayo luminoso de la droga, estrellado sobre sus ojos, le arrinconaba más aún en el sórdido escondrijo de su alcoba, donde victima voluntaria de su derrumbe personal no sabía si huir a través de las paredes mugrientas de vaho, expelido por sus cobardes vahídos, o estrujarse, más si cabe, en su guarida cobarde, con el firme deseo de fenecer en el letargo apacible de un éxtasis embriagador. El mono, dueño de sus ritmos corporales, se había apoderado de él y el único ápice de su libertad era tan estrecho, que ver más allá de un palmo de sus narices se había convertido en un reto imposible, en una quimera, en un salto al vacío, como el vuelo del kamikaze contra el infiel, a la busca del destino glorioso de un imperio mil veces imaginado no dentro de su alcoba, sino en lo más hondo y pequeño de su mente enferma y febril, rendida a la placidez de su más absoluta ignorancia.

El mono le exigía la droga constante, y cuando presagiaba su ausencia, o el peligro de su posible desaparición, demandaba auxilio, y hermanándose con los pringados más recalcitrantes, entonando soflamas monocordes cual cánticos de cotorras de alas al viento, y levantando exultantes sus banderas descamisadas, demandaban mayores dosis del narcótico alimento, necesario en su caminar por el deslizante destino de su despeñe intelectual.

La TV3, la constante andanada germen del nacionalismo más furibundo, tan sectario como falsario, desde el mismo instante de su creación, era ya parte de su cuerpo, labrado a fuego en sus entrañas, desde el rincón estrecho y cerrado de su voluntaria celda, donde con el ceño fruncido e iluminado por el ventanal monocolor del dogma imperial de un solo mandamiento, su poder de maniobra era limitado, inexistente, nada liberador: embaucado por soflamas de una falsa intelectualidad, salpimentada su mente con sucedáneos de especias inexistentes.

La posibilidad del cierre de los emisores clandestinos superaba sus escasas fuerzas y la mesnada de siempre, con sus acostumbrados cánticos y sus gestos simiescos, no podían faltar a la cita en las cumbres nevadas de su propio esperpento, en los anunciados momentos en que la droga adormecedora peligraba su entrega, aterrados por el próximo cierre de unos repetidores alojados en las celdas secuenciales de su manipulada memoria cerebral.

Y todo ello sucedía al mismo tiempo que los Reyes Magos se alejaban - después de estar una noche con nosotros- en el mismo instante del comienzo de las jornadas de las rebajas de cualquier centro comercial. Algo debe quedar pues, escondido en lo más hondo de nuestros bolsillos, vacíos y maltrechos, ante un año que comienza y que sin duda también habrá que restaurar, esperemos esta vez no obligados por la orden del Tribunal Supremo. Nuestra economía está exhausta, al borde de precipicio, pese a que Zapatero la encuentre pletórica y llena de vitalidad, en una más de sus inagotables mentiras a las que ya estamos acostumbrados a escuchar. Trata de embadurnar más el embuste la Secretaría de Política Económica del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero, quien rubrica a su jefe aseverando que la economía española “funciona mejor que hace cuatro años”.

A menos de dos meses de la jornada electoral, la estrategia está bien clara y tratando de ocultar la realidad de una economía tambaleante, por cuya salud el presidente Zapatero nada ha hecho, ahora se dedica a ventear odios anticlericales asegurándose los votos de quienes tan fácilmente se dejan manipular. Que la Iglesia exprese su opinión en defensa de un concepto familiar sobradamente conocido por todos y que a nadie le extraña, alertando de lo que según ella es un peligro para la sociedad, es digno de respeto, se esté o no se esté de acuerdo. Porque es lo que la Iglesia ha defendido siempre, antes, en el momento y después de cualquier jornada electoral. Sin embargo, el Pepiño, el Presidente y la Vicepresidenta del Presidente ven en su ataque a la Iglesia, el filón dorado de los votos que pretenden lograr, desviando la atención hacía los púlpitos, como tantas otras veces hicieron. Azaña, quien aseguró que España había dejado de ser católica, se arrepintió años después de su “cita incendiaria”, cuando ya era demasiado tarde. En cambio, Zapatero sólo pretende sumar votos, aparte de adormecer mentes, y luego, como lo ha hecho el propio Pepiño, también se declarará creyente; quizá de sus propias mentiras que trata de ocultar.

Ya tenemos letra para nuestro hasta ahora mudo de sentimientos himno nacional, cuya vacuidad algunos desean, empeñados en que no los exprese. Más parece un contrasentido. Cuando en las aulas públicas se oculta nuestra historia a la juventud, se desprecia el sentimiento nacional restándolo cualquier tipo de valor, e incluso en algunas de nuestras comunidades regionales se insulta a la propia España, y cuando también se alienta al desconocimiento de todo nuestro legado histórico y cultural, manipulándolo, o inventando hechos inexistentes cuya acción ha llevado a nuestra juventud a la profunda sima de su ignorancia, el Ministro de Defensa, cuyo Gobierno no ha movido un solo dedo en defensa de una Nación que ignora y que más que vertebrar fomenta el convertirla en varias, exige el Sr. Alonso al himno la suficiente calidad literaria que le otorgue el prestigio nacional que se merece. Se nota la proximidad de la cita electoral y Zapatero sigue utilizando su cinismo para conseguir más votos, a costa de lo que sea, convirtiéndose en un auténtico peligro y amenaza para una sociedad sin horizonte, tan desinformada como desnortada, hábilmente conducida por un político nefasto más atento a su propio interés personal, que a las demandas del pueblo deseoso en llegar tranquilo a final de cada mes.

Nuestro Perol, convertido en el pudridero de las mentiras de Zapatero, donde se alojan sus cenizas blancas que al estallar se las llevará el viento, se está quedando pequeño. Por lo que tendremos que procurar uno más grande, al menos mientras dure la campaña electoral, en la que una a una, van desgranándose todas sus falsedades.

10 enero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XCI

Al Capone, el famoso gángster neoyorquino que ordenaba sus crímenes desde la mueca infame de su cara escondida bajo el ala de un refinado sombrero porque aún no existía el SMS, y las señales de humo quedaban sólo para un cine de blanco y negro, nunca utilizó tampoco el chillido de Tarzán en señal de auxilio. Se sentía tan protegido, que con un solo gesto, tosco y esbelto, sus esbirros tomaban nota y con el tableteo de sus guitarras escupidoras de plomo ardiente, montaban, ausentes de todo escrúpulo, la “matanza de San Valentín”. El inmaculado asesino se pasaba las leyes por la entrepierna, –tanto las del asfalto sucio y oscuro, como las no menos limpias de los tribunales- protegido por sus acólitos prestos al guiño sentencioso de su jefe, a sabiendas de que al final tendrían su recompensa. O el finiquito mortal, en caso de deslealtad a su amo y señor. También burlaba a la Justicia gracias a sus picapleitos, hábiles caminantes por el filo de la ley, que gracias al conocimiento de sus recovecos conseguían eludirla, dispuestos a la compra de voluntades en los casos de necesidad, en defensa de la honra de su amo benefactor. Y cuando Al Capone era acusado por sus tropelías, se declaraba inocente de toda culpa. Finalmente, sólo la evasión fiscal pudo con él, y tras años de ostracismo carcelario, desde el que sin embargo seguía dirigiendo los hilos de su entramado delictivo, pasó años después, enfermo y demente, a mejor vida.

Los hechos, los matices y los escenarios hacen diferentes las más burdas de las estafas, pero en el cieno de los intereses más bastardos, nada es distinto. Ni Cipriano Ciscar, ni Juan Lerma, pasándose ambos por la entrepierna todas las leyes protectoras de nuestro Patrimonio Histórico y dominando el filo del alambre merced a la prepotencia de un poder otorgado no para tal desmán, ni el necesario tándem Grassi – Portaceli, autores del proyecto del genocidio cultural, preñados todos ellos de zafio orgullo pero vacíos de toda afectividad hacía un vestigio arqueológico, ni el PSOE valenciano, ninguno de todos ellos, admiten al menos por el momento, haber cometido una ilegalidad en el Teatro Romano de Sagunto, aunque algunos claman, eso sí –una vez conocido el fallo inapelable del Tribunal Supremo- por una amnistía cultural. Están deseosos de lograrla caminando por el filo de alambre, una vez han conocido el peso de la ley, cuyo costoso cumplimiento les importa un pito. Será, en su caso, el sufrido contribuyente español quien costeará la recuperación del que fue considerado como el primer Monumento Nacional de España, situado sobre una orgullosa cresta de más de dos mil años de existencia, a cuyos pies, mudo y sonrojado, un Ayuntamiento servil permaneció al margen sin mover un solo dedo para impedir el entierro de su emblema más legendario. Y fueron ellos precisamente, los que miraron hacía otro sitio, ajenos a una gran parte de su pueblo que permanecía incrédulo y atónito por aquella “matanza cultural”, mucho más cruel que la de San Valentín. Porque en ésta, sus victimas, eran maleantes de la misma especie que sus verdugos. Nada que ver con las vetustas piedras mimadas por las manos agradecidas de cualquier arqueólogo que se precie, enterradas bajo el frío mármol de la modernidad y despreciando la nobleza de su vejez por la burda vanidad de cuatro iluminados.

No ha tardado el Compromís, fiel a su tradición heredada, en estar en contra de la sentencia, por su parte de culpa apoyando el indocto proyecto, y se revela contra el imperio de la Ley. Dicen que van a buscar una vía legal que evite el cumplimiento de lo dictado por el Tribunal Supremo, cuyo hallazgo quizá encuentren por las escombreras de su cieno, senderos que tan bien conocen con todos sus atajos.

Zapatero ataca a la Iglesia, exigiendo el respeto de la Ley por encima de cualquier pensamiento, se supone ideológico, y termina diciendo que este es el ADN de la democracia. Veremos pues si reconoce el fallo del Tribunal Supremo, purga la culpa de su partido, y apoya la restauración del coliseo saguntino.

El terrorismo etarra, fiel a su guión mantenido durante cuarenta años, provoca a la Guardia Civil ávidos ellos de un martirologio de diseño que luego se publicita en todas las primeras páginas de los medios de comunicación con el beneficio de su gratuidad. Sin embargo, Robespierre Rubalcaba hace una lectura diferente a la que tantas veces y en casos idénticos hiciera su propio partido, y que tanto agradaba a quienes por culpa de su memez, cargan contra los que por defender nuestras vidas, ponen las suyas en peligro. Son los que ahora asienten y están callados, como debieran haberlo hecho cuando lamentaban las denuncias etarras, justificando de esta manera su animadversión acomplejada contra el cuerpo de la Guardia Civil. Ignoremos a tanto mentecato y demos las gracias por la detención de tanta calaña. Mantengamos la esperanza de que se pudran en la cárcel, el único lugar que por derecho se han ganado.

Así pues, al Perol con todos aquellos que presumiendo del Estado de Derecho y del acatamiento de la Ley, le dan la espalda cuando no les conviene, o emulan Al Capone, negando la evidencia de un hecho lamentable, cuya practicidad no puede justificarlo.

03 enero, 2008

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XC

Por repetitivo y algo soso, por su ausencia de gracia picante –la que tanto nos motiva ante cualquier empresa- tememos que en esta ocasión el famoso presagio va a permanecer ausente en nuestras vidas. Alguien dijo, sin saber su autor, aquello del "año nuevo vida nueva" que todos nos proponemos, pero que raudos abandonamos en la cuneta de nuestra existencia. Pero al menos, en esta ocasión, el “nada nuevo bajo el sol” sí justifica el aserto y las buenas nuevas nos suenan también carentes de gracia, sin el bullicio burbujeante del cava de frágil melodía que ha alegrado nuestros últimos días del año.

El año pues, empieza con subidas en la tarifas de primera necesidad y lo hace con un gran desparpajo, con el sabor de la cocina tradicional de las lentejas, aquel de las tomas o las dejas y se estrena con las subidas del teléfono, del gas, del transporte y de la electricidad. Todo de golpe, al mismo tiempo, para que no exista duda alguna de su necesidad desde el primer día de año, y que si nunca deseamos contar con ellas -con las subidas- bien es verdad que no podemos hacer nada por evitarlas, salvo volver a las cavernas, viaje turístico al que nadie quiere apuntarse.

Así pues, les decía, nada nuevo bajo el sol, e Ibarretxe sigue amenazando con su deseada consulta popular proclive al enfrentamiento; ERC en su ancestral manía petitoria exige mayor precio para apoyar a Zapatero -que para eso está la Ley del Mercado trilero fraguada por ellos mismos ante cualquier consulta popular- y los radicales abertzales siguen destrozando las instalaciones que le viene en gana, con la facilidad y destreza tan fácilmente conseguida. Empieza el Año Nuevo, pero todo nos resulta viejo, acostumbrados como estamos a tanto desacato y que nos han vestido con el tinte de la normalidad.

Y mientras aumentan en nuestra ciudad los carteristas interesados en lo ajeno, y “los gorrillas” siguen adueñándose de las plazas libres de cualquier calle, y la seguridad en nuestras casas se convierte en un juego de azar, cerca de un millón de estorninos han desaparecido de nuestras calles: lo único molesto que nos abandona. Y no porque hayan perdido el gusto por su apacible estar, sino porque al nadie hacerles caso, se han ido con la música a otra parte.

Sin embargo, Pepiño Blanco, está molesto con los defensores de un concepto cristiano de la familia, y con su cara dura de nacimiento y su desvergüenza profesional de siempre, puesta al servicio del socialismo español, se define primero como cristiano, y arremete después contra los seguidores de esa idea, como si a su defensa no tuvieran derecho. Y ataca con ira a la Iglesia Católica avivando en sus seguidores el odio anticlerical, germen de las dos Españas, en un claro intento de sacarlo con más fuerza a la palestra.

El truhán, trata de mentiras los manifiestos lanzados en Madrid con motivo del Encuentro en defensa de la Familia, a lo que se ve, no tienen derecho los miles de ciudadanos que allí se han reunido. Con su acostumbrada geta, pide a la Iglesia Católica que rectifique, utilizando sus amenazas veladas en la que es tan diestro. Mientras que ve con buenos ojos, siempre entrecerrados, el proyecto de España por el que lucha Zapatero, en el que al parecer sólo tienen derecho a manifestarse los colectivos gay, los emprendedores abertazales y los defensores del “matrimonio progresista”, adjetivo éste cada vez más devaluado por su constante manipulación. Y como más de lo mismo, los defensores de la familia tradicional, se ven estos días atacados y ridiculizados insistentemente por las campañas radiofónicas de la SER, la que tanto hiciera a favor de Zapatero -fiel a la misión para la que fue adjudicada por el Gobierno de Felipe, ahora diseñador joyero, además de sabio- utilizando para ello la formula enciclopédica de la mentira permanente y los aderezos de la falsa intelectualidad, la habitual alfalfa alimento de los pardillos.

Robespierre Rubalcaba, a bombo y platillo, pregona a los cuatro vientos el número de accidentes de tráfico más bajo de los “últimos cuatro años”, justo los de la legislatura, cuando la realidad es que el número de fallecidos desciende desde hace ya muchos años. Sin embargo, calla y silencia, mencionándolo sólo de pasada, que hemos sufrido la inflación más alta en los últimos doce años, la del 4,3%, de la que nosotros no hemos sido responsables, salvo por nuestra afición a las propinas y el desprecio al conejo, acostumbrados como estamos a las tiendas especializadas del “delicatesen”.

Contra el izquierdismo manipulador y la manipulación arquitectónica -en esta ocasión cogidos de la mano- el Tribunal Supremo ha emitido la sentencia que obliga a quitar el alicatado del Teatro Romano de Sagunto para que vuelvan a verse sus bellas arrugas, las de la ancianidad, el vestigio de un pasado histórico tan celosamente protegido en cualquier otra ciudad, siendo Mérida el más claro ejemplo. El Alto Tribunal da el plazo de dieciocho meses para el desmantelamiento de la infamia cultural sin dañar los restos arqueológicos del anfiteatro romano. Veremos pues, si el Conseller Cipriano Ciscar mintió o no, cuando aseguró que el alicatado no dañaría al graderío en el supuesto de volverlo a su estado natural. Bueno sería que el coste de las obras que se avecinan corriera a cargo del PSOE y sus rentas de FILESA, en lugar de caer sobre las costillas del contribuyente valenciano.

Pasadas la fiestas pues, al Perol con ellos. Y en lugar del mamporrazo hasta reventarlo, prendamos en él sus mentiras y engaños, como en el fuego purificador de la noche fallera, indultando en esta ocasión a Zapatero como el más claro recuerdo de la torpeza y de la necedad.