12 abril, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LII

La Semana Santa del Dolor se ha convertido en la de las lluvias, de los fríos y de las clásicas retenciones de tráfico, dejando por una parte en ridículo al Servicio de Meteorología Nacional que auguraba cambios y mejor tiempo a partir del Miércoles Santo, y por otra, a la Delegación de Tráfico, cuya eficacia en la aplicación del carné por puntos ha planteado algunas dudas. Y es que cuando predices, siempre hay alguien en tu contra dispuesto a dejarte con el culo al aire; lo que para el mal tiempo y amenaza de un buen constipado no deja de ser una pesada broma. En cambio, los climatólogos, se empeñan en predecir las maldades del cambio climático a menos de veinte años vista, y nos anuncian sus conclusiones definitivas a final del presente año cuando se reúnan en Valencia, la ciudad de moda por tantas y tantas cosas.

Llega pues el momento que ya no sabemos que hacer, si creerles y emprender el viaje deseado, o quedarse en casita al lado del Internet. El cambio climático es otra cosa, y queda para más lejos. Para saber de él, no es necesario hacer reservas, aunque eso si, no estará de más seguir alguno de los consejos de los expertos, no sea que dentro de veinte años estén en lo cierto. Dicen los entendidos, que el CO2 es el gran responsable del cambio climático que se avecina, y del que algo ya sabemos. Pero en cambio, silencian al culpable de otros muchos de la misma condición que ha sufrido la humanidad desde su momento inicial del bing beng, lo que hace que no lleguen a ponerse todos de acuerdo.

Lo que ya es sorprendente es que sea el estrés el culpable que ha llevado a un cura de Les Valls a suspender la representación de la Semana Santa de Pasión en un cambio de costumbre que deja a los creyentes huérfanos de sus actos más queridos. Pese a ello, el cura ha recibido ánimos y deseos de su pronta recuperación. Quizá, o sin quizá, la siempre en entredicho caridad cristiana ha hecho acto de presencia en la tranquila comarca del Camp de Morvedre en un acto de auténtica y desinteresada solidaridad, acción ésta que en tantas ocasiones nos despierta muchos recelos.

En vísperas de elecciones la izquierda quiere salir también a la calle, y, como hizo tantas veces, ya está preparando sus soflamas de siempre, barnizadas con la manipulación acostumbrada, y salpimentadas con las mentiras para dar sabor a sus ofertas electorales tantas veces ausentes. Nos hablarán de los muertos de un lamentable accidente, denunciarán una imaginaria corrupción que nunca logran demostrar, harán la defensa de una TV3 ilegal de espaldas a la ley, y atacarán a Canal Nou por la única razón de que no se hace eco de sus mentiras. Mientras tanto, el portavoz socialista en Les Corts, Antonio Such, pide al Partido Popular una campaña limpia sin explicarnos lo que el entiende de esa guisa. Limpia o mal oliente, no sé si tendrá su cara, pero lo que es caradura resulta de lo más evidente.

La planificación familiar dio sus frutos y cada vez es menor su número, incluso la ausencia de hijos ya figura como normal. Resulta que cuando depende de nosotros todo es más fácil. Sin embargo, crecieron las universidades, y no hay empleo para tanto licenciado; crecen las ciudades, y no queda suelo edificable. Y como España sigue creciendo gracias a la inmigración, la planificación se resiente y todo se convierte en una casa de locos quizá por la ausencia de la pastilla del día después que resuelva la mala administración, la del eficaz preservativo protector de cualquier osadía, o la sencilla marcha atrás desconocida por la vanidad de los encargados de la planificación nacional hoy, más que nunca en entredicho.

Todo es cuestión de agenda, aunque las hay con muy mal gusto. Valencia recibe la visita del Presidente del Gobierno y como siempre ajustada; poco menos de tres horas. Ni siquiera se queda para comer. Quizá, como viene de año en año, y poco o nada es lo que tenemos que agradecerle, teme perderse por sus calles y prefiere la visita relámpago cuya señal efímera nadie acierta a comprender. Algo debe tener Valencia que se le atraganta y no le vendría mal darse cuenta de una vez que sus continuos desaires no solo los tiene con los valencianos, sino también con su propio partido, que como tantas veces calla y no le queda más remedio que obedecer.

El falso proceso de paz hace agua por todas partes menos por una: ETA se ve cada vez más segura y hasta hace advertencias de nuevos atentados, su única razón de ser. En realidad su objetivo era el de coger fuerzas, y a fe que las ha conseguido; los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están en alerta y nos hablan de posibles nuevos actos terroristas, mientras Zapatero calla. Cuando hable, echará la culpa al Partido Popular del fracaso de su “proceso de paz” que si por algo ha destacado ha sido por su continua cesión al chantaje. La pregunta que debemos hacernos todos es: Qué ha conseguido Zapatero, y qué ETA, en los tres años de negociación.

Nunca tres horas han dado para tanto. Ya sabemos a que ha venido Zapatero a nuestra ciudad, sonriendo como siempre. En la recepción no estaba Manolo el del Bombo, ni falta que le hacía, el Zapatos se bastó por si solo para la más cínica de las autocomplacencias expuesta a babor y estribor por la proximidad al mar con tan grandes tragaderas. Al final tuvo veinte minutos para Ignacio Pla en el lujoso despacho de su coche oscuro volando tras las motos con graznidos de urgencia por la Avenida del Cid loco por irse de Valencia. Si al menos algún semáforo en rojo hubiese frenado la huida, mayor tiempo hubiera dispuesto el candidato para mostrar su sumisión.

La que nos ha salido futurista es la Ministra Narbona con su cartera de la Osadía. Nada menos que se ha atrevido a vaticinar que jamás se llevará a cabo el trasvase del Ebro. Algo hay de miserable en su anuncio, más propio de su incompetencia y prepotencia que de cualquier razonable argumento.

Nuestro Perol cada vez se hace más grande (menos mal que se ensancha y cede) por culpa de un talante cuyas mentiras crecen cada vez con más intensidad. A él, démosle gracias, al menos sabemos dónde están, y por cierto, controladas.

Abril 2007-04-12

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