27 abril, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – LIV

Cualquier época de una posguerra evoca momentos apasionantes, sea en un lienzo, en cualquier libro o en el cine, o en ambos a la vez. Como lo fue aquella historia magistral, “El tercer hombre”, cuya música, noria y cloacas son difíciles de olvidar. La película es un mosaico donde la traición, la mentira, la amistad y el amor confluyen con la penuria. Es el momento del estraperlo que hace acto de presencia junto al desabastecimiento. La necesidad de los medicamentos y su escasez, fue el mejor señuelo para un film irrepetible, rodado en un escenario sórdido, de sombras, con la aparición del protagonista en el momento estelar del film. Al menos, la escasez de penicilina dejó el legado de la obra maestra en el mágico mundo del cine.

En cambio, lo que resulta algo más que sucio y de cloacas inmundas, nada que ver con la Viena en ruinas, es la ausencia de medicamentos en época de bonanza como algunos nos quieren hacer ver. El Colegio Oficial de Farmacéuticos denuncia el fallo en los servicios en una cifra superior al cincuenta por ciento, sin que se hayan tomado medidas para una situación que se preveía. Parece ser que es más rentable dirigir los fármacos hacia el exterior, aprovechando que las fronteras están abiertas sin ninguna clase de vigilancia. Quizá, para sanar nuestras jaquecas, tengamos que relajarnos en las butacas del cine a la espera de una película genial que nos brinde el cine español.

Pero la mejor distracción está en la pantalla pequeña dónde cien preguntas se tenían preparadas para al líder de la oposición. Éste, en dos horas de programa, contestó más de setenta, y en esta ocasión todos los periódicos se han puesto de acuerdo en que Rajoy estuvo mejor que Zapatero. Lo ha reconocido hasta El País, aunque minimizándolo. Quizá, Polanco, ese hombre diestro en la manipulación aprendida en el franquismo y del que fue un gran gestor, haya querido enmendar su metedura de pata con el Partido Popular y nos ofrezca otra vez una de sus mil caras. Es digno de resaltar, que a las pocas horas de terminar el programa, en la misma TV1, y con sibilina programación, en la hora del primer café, ese de 0,80 €, allí estuviera la nauseabunda boca de Pepiño para tratar de anular el éxito alcanzado por Rajoy utilizando la halitosis de sus mentiras. Y es que, el izquierdismo manipulador se necesita tanto a si mismo, que sin él, estarían perdidos en el más ruin de sus cienos.

Si para bromas, las de mal gusto nos resultan tediosas, otras son incomprensibles. La Consellera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, aconseja a los discapacitados montar a caballo. Con ello, no sólo tendrán una vida más feliz, sino que mejorarán su salud. Vamos, qué los discapacitados se encontrarán mucho mejor. No los veo yo trotando por el cauce del Turia, escondidos en la polvareda de caballos o paseando en horas de relax. Acaso, en las cómodas butacas de cualquier multicine viendo películas del oeste a la caza de indios dando con las espuelas al vecino de asiento.

Y es que el mundo del cine transforma las mentiras en verdades, aunque menos que en el entramado de la política, donde vemos a Zapatero convertido en un genial director. Su legislatura merece el titulo del “El fortalecimiento de ETA”, cuando lo que nos ha vendido es un proceso de paz que sabía y sabe imposible. Ningún Presidente se atrevió a tanto. También podríamos titularla la de “Las mentiras”: mintió atribuyendo al Partido Popular la responsabilidad de un atentado cuando sabe que ello es falso, como lo demuestran atentados de Al Qaeda, idénticos y con anterioridad a la guerra de Irak. Miente cuando dice que Aceves mintió, porque todos los españoles nos enteramos de la autoría islamista en la boca del que era en ese momento Ministro del Interior que no ocultó ninguna información. Todos nos enteramos de manera oficial por él, por Aceves, y el que diga lo contrario miente. Y si el Ministro pensaba que podía ser ETA la autora de la masacre, era esa su obligación, como imaginar cualquier otra vía posible. Zapatero manipuló el atentando de Atocha a su conveniencia, cómo y cuanto quiso, sin importarle un pedo los muertos. Y lo ha seguido haciendo a lo largo de su legislatura, sentado en su silla de director, con el megáfono de dos sabuesos de lenguas sucias y viperinas a su lado.

Y en su pertinaz manipulación, ya en la campaña electoral, nos vende la burra de la conveniencia en las respuestas humildes y con sonrisas a los insultos del Partido Popular. Es más bien la canción del olvido la que debe adormecer su mente, visto desde la más elocuente generosidad, cuando de las bocas de sus gentes fluyen hediondos flujos de pus.

El presidente Ibarretxe se atreve a pedir perdón a las victimas del terrorismo, y no debe de haberlo hecho con la cara muy alta. Qué vaya tomando nota Zapatero. Ya veremos donde está su dosis de humildad, su sonrisa y su propuesta, de las que tanto presume en estos días preelectorales.

El Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha en la Devesa una prueba piloto única en España. Consiste en detectar un foco de calor a larga distancia en prevención de cualquier incendio que dejara calcinado el parque natural del Saler. La idea es buena, y nos recuerda al polígrafo que detecta las mentiras del mundo de la bragueta al rojo vivo, cuando alucina ante el pezón erguido de la petorra en las noches de diversión. Sería bueno y necesario, que la tecnología experimentara en la mentira que nos inunda, no sólo en el gobierno y en los medios que dirige, sino también en las mezquinas tertulias radiofónicas que más que informarnos quieren convertirnos en borregos amaestrados dentro de su redil. La cuestión estriba en la disposición por parte de unos y otros a semejante prueba, más bien ninguna, por lo que poco que les importa que florezca la verdad.

Pero nada mejor como un buen retrato personal sin necesidad de una digital, hecho desde las mismas palabras que salieron de su boca: “Rosa Diez y Maite Pagaza eran el pasado, Gema Zabaleta y Goirizelaia son el futuro”. Qué mejor prueba para saber de la manipulación, la mentira y la valía personal de quien resulta ser Presidente del Gobierno español.

Esta semana pues, metamos a Zapatero en el Perol, y como siempre, alcemos la cucaña, pero antes, dejemos su nariz al viento para que ella sola y por su instinto natural, siga creciendo. Qué así sea.

Abril 2007-04-26

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