07 septiembre, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XXI

El mes de Septiembre es el de la segunda oportunidad; cuando no se hacen los deberes y no llegamos a nota, siempre estaremos citados para mejor ocasión menos cuando ya no hagamos falta a nadie, que esperemos sea tarde. El mes se lo ha ganado a pulso por la necesidad de resolver los fallos cometidos en el tiempo normal de las cosas, malgastado tantas veces por eso, por hacerlas mal. Necesitamos pues de Septiembre y cuando superamos la repesca recibimos al nuevo curso como si nada hubiera sucedido.

Quien parece que va a tener una segunda oportunidad es Juan Clos, alcalde de Barcelona. Después de una carrera política llena fracasos pondrán en sus manos una cartera de buen cuero. Son cosas de un Zapatos convertido en el cartero que siempre llama dos veces. Sólo nos queda la pregunta de: ¿A cambio de qué? El joven truhán que aprendió entre trileros, no suelta ese lastre y ahí le tenemos, en su rubicón particular con unos aliados de los que no puede desprenderse.

Nuestra alcaldesa Rita Barbera ha dado a los técnicos y a la oposición otra oportunidad y en ella va la solución. Después de quince días que si galgos o podencos, que si soldaduras o colgajos, Rita da su habitual golpe de timón y les señala con el dedo los rótulos y marquesinas como el mejor lugar para fijar la climatización del Mercado Central de Valencia. Y es que cuando la única motivación política es el amor a su ciudad junto al buen gusto, todo es más fácil.

Pero no siempre los motivos están claros y pronto lo veremos. Estamos en lo umbrales de un curso político electoral. Así pues nos esperan enfrentamientos donde la nobleza estará ausente y sin oportunidad que valga. Las hueste de Ignacio Pla calientan motores y el todo vale regresa de sus vacaciones. Veremos el ataque personal barriobajero como única opción política porque a falta de otras formas, la que más les renta es la mentira. Y como si de un animal salvaje se tratase el izquierdismo valenciano tratará de conseguir el poder con zarpazos de mentiras. Será un todo a cien de marcas imitadas, de objetos inservibles, de engaños. Un mercado de oportunidades cuya adicta clientela sabe en el fondo que son mercancías adulteradas.

Quien sí sabe lo que se hace es nuestro Presidente del Gobierno español que aunque es el nuestro, él, no lo es de todos. Anda interesado en dar otra oportunidad al ejército español que sí es de todos. Se trata de recuperar el honor, que también lo es el de todos. Y para ello los manda de donde los sacó, de los terrenos bélicos. Anida en su subconsciente, en el de nuestro Presidente, la carga de la cobardía ganada a pulso a cambio de unos votos que le llevaron a la Moncloa. Manipuló a quienes se dejaron manipular atribuyendo el 11-M a la guerra de Irak, cuando él sabía que no era verdad. Ahora vuelve a manipular diciendo que manda al ejército a un Líbano en Paz. Y es que cuando un Jefe de Gobierno desprecia al Estado, aunque sí que se preocupa del suyo propio, tiene que recurrir siempre a la marcha atrás. Pudiera ser como aquella marcha atrás del que prefiere el gustirrinín, pero sólo para él.

Como la marcha atrás de la Vicepresidenta del Presidente que por fin ha entendido, quizá gracias a Septiembre, como resolver la entrada ilegal de inmigrantes y haya puesto un punto y final que esperemos no sea un punto y aparte. Mentían cuando nos decían que hay que recibir al inmigrante de la misma forma y maneras que en otros tiempos acogían a los españoles que se iban más allá de los Pirineos. El echarse flores mintiendo sólo engaña a los que se lo impide la pituitaria, a los constipados, o a los que prefieren no saber nada.

Y si antes hablábamos del gustirrinin ahora compartamos el gustazo de quienes han sido un ejemplo. Nos viene del deporte español, del baloncesto. Menuda oportunidad que tiene Zapatero para aprender que se gana sumando y no restando. La suma es lo que nos hace ser campeones y no como los acomplejados desean: convertir a nuestra selección en varias. Los españoles, del pelotón de los bajos hemos pasado a campeones en el deporte de los más altos. Y es que siempre hemos ido dando bandazos de una a otra parte.

La Generalitat catalana va a poner en marcha un traductor catalán-aranés, aranés-catalán. Resulta ser que cuando la cultura y la política caminan de la mano los resultados no pueden ser de otra manera. Buena oportunidad tiene la izquierda valenciana para pensar en ello; aunque en cuestiones de la lengua valenciana siempre está más atenta a manipular que a reflexionar.

Pero la mejor oportunidad de todas nos viene de Carlet, la patria chica de Xavier Casp. ¡Las mujeres en la calle y jugando una partida de cartas! Está muy bien lo que representa esta acción y es que la mujer tiene los mismos derechos que el hombre. Sería muy bueno, ya de una vez, la inexistencia de esa raya que nos divide que muchas veces traza el hombre, pero otras, la misma mujer.

Así pues aprovechemos todas la buenas oportunidades que nos brinda la vida pero metiéndolas en nuestro perol para que no se escapen. En esta ocasión no lo rompamos. Tengámoslas en lo alto de la cucaña y a buen resguardo para cuando nos sean necesarias. Qué así sea.

Septiembre 2006-09-07

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