05 octubre, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XXV

Lo popular es lo relativo al pueblo, a él pertenece y resulta ser propio de las clases sociales menos favorecidas, estando al alcance de los menos dotados económica o culturalmente. Todo esto es lo que dice la Real Academia de la Lengua sobre lo popular de lo que deriva la popularidad, que resulta ser la aceptación y aplauso que alguien tiene en el pueblo.

Sin embargo, en ocasiones, parece que la Real Academia de la Lengua esté separada del pueblo porque surgen con frecuencia personajes que se dicen populares pero no de acuerdo con el diccionario. Como es el caso de Pepe Rubianes, vulgar actor y peor persona, que como estaba en la más absoluta ignorancia de gran parte del pueblo español supo cambiar sus papeles y a base de palabras golfas y coces bucales por doquier, para adquirir cierta popularidad. El patán no se merece más, pero ahí está, en la cresta de la ola que como no es recta navega con las vomiteras de su oleaje. Una pequeña minoría le ve con buenos ojos porque le escuchan con las orejas sucias, propias del zafio e inculto pueblo español. Pero es lógico: la vida como cualquier libro tienen su propia fe de erratas.

Las Televisiones Públicas también son populares o sea, son del y para el pueblo: eso es lo que dicen. Pero no es verdad; desde siempre están al servicio de quienes gobiernan, que poco o nada tienen que ver con el pueblo. La cosa no tendría mayor importancia si no hiciéramos caso a lo que nos dicen en sus telediarios. La evidencia es manifiesta tanto en cualquier TV autonómica como en las de la Capital; aunque éstas solo sean de Raúl o del niño Torres. Desde siempre la Televisión fue como el NO-DO: al servicio de todos los españoles, pero sólo de los que mandan. Pretender ahora por parte de los izquierdistas criticar a un Canal televisivo, público, de semejante actividad, degrada al denunciante y lo aparta del pueblo llano para auparlo a la mezquina sede del partido que quiere volver a gobernar. El Partido Popular pretendió en su momento privatizar Canal 9, pero la idea no gustó haciendo alusiones a presuntos intereses privados o amiguetes; pero olvidándose de Polanco que es cualquier cosa menos presunto. Ignacio Pla y su equipo cargan contra Canal 9 y convoca un acto público en sus puertas al que han acudido cuatro gatos, y éstos, de su familia. Está pues bastante claro: los del partido son los interesados en hacerse con el medio. Gran parte del pueblo sabe de qué va el tema y desgraciadamente para Pla, nadie le hace caso.

¿Cómo es posible que la izquierda tache a Canal 9 de partidista cuando ellos son los que dominan el Gran Imperio Polanco que por tierra, mar y aire, diseña y dirige lo que tienen que pensar y cómo pensar los fervientes seguidores del izquierdismo español? ¿Tendrán cara?

Y lo más gracioso es que Polanco lo consiguió todo gracias a Aznar, que en lugar de denunciar los intentos del PSOE para engañar a la opinión pública aun lo fortaleció. Así paga la izquierda a quien le da de comer. Semejante acción nunca la permitiría la izquierda que durante la II Republica censuró y cerró los medios de comunicación monárquicos.

Ahora han impuesto el sistema del insulto a quien no piensa como ellos. Se cepillaron a los grises y por dos veces: a los uniformados y a sus votantes: a los que no dejan pensar. A éstos últimos les dicen que o blanco o negro, que ya no hay tonos intermedios. Ahora, como en aquellos prebélicos de los años treinta, si no piensas como ellos eres fascista. ¿Talante Zapatero? La palabra fascista había desaparecido de la vida pública en este país. El Zapatos la ha convertido en Carné de Identidad a la que sus partidarios recurren con gran facilidad. ¡Cuestión de talante! Y ellos tan contentos, por supuesto.

Lo que también ha vuelto a la popularidad y las teníamos olvidadas son las enfermedades de viruela, de tuberculosis, de paperas y otras epidemias que nos van llegando en pateras. No vienen para conocernos sino para infiltrarse entre nosotros y dicen los médicos que llegan a mares, sin peaje, sin papeles, imposibles de frenar. Es producto de una solidaridad mal entendida en el que no se está teniendo en cuenta que antes de abrir una puerta lo mejor es mirar por las mirillas, que para eso están.

La popularidad, la imaginación y la publicidad se alimentan entre si y aunque son cosas distintas, el tres en uno es lo más habitual. Es algo así como el misterio de la Santísima Trinidad pero en pagano. ¡Levántate contra la pobreza! Le han dicho al presidente español en su sillón del hemiciclo a consta de un funcionario expedientado y la seguridad nacional en entredicho. Con gran facilidad se llevaron su sillón, con la misma que él lo consiguió y gracias a un atentado que sólo a él benefició.

El municipio de Carral va a adquirir gran popularidad debido que allí tenemos nuestra Marbella Dos. Con sus más de 1200 viviendas ilegales, con su alcalde socialista al frente y con el cuñado del alcalde en las tareas de constructor. Auténtica marca de la casa. Y sale a la luz justo en la víspera de la moción de censura a Francisco Camps por parte de Ignacio Pla. Éste y durante mucho tiempo ha estado con sus mentiras dando vara en todas partes pero nunca con pruebas en sus alforjas y sólo con sus inventadas presunciones que nunca ha llegado a probar. Qué no tenga tanta cara y que aclare si la Marbella Dos valenciana es una falsedad o que se calle.

“España va bien y la Comunidad Valenciana también”, lo ha dicho el propio Ignacio Pla en su moción de censura a Francisco Camps. Entonces, ¡A santo de qué la moción! Cojamos a Pla, a él y a sus mentiras, a sus engaños, a su miserable actitud. Y al perol, donde purgue sus patrañas y nos deje tranquilos a todos. Qué así sea.

Octubre 2006-10-05

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