22 febrero, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – XLV

Con tres años de retraso, lo que es normal dada la complejidad del caso, se ha iniciado en la madrileña Casa de Campo el proceso contra los presuntos culpables del 11-M. Caso sometido durante todos estos años a toda clase de juicios paralelos impulsados por los interesas más bastardos.

Supimos de la detención de los culpables a las cuarenta y ocho horas del atentado, gracias a la información rápida y veraz del Gobierno del Partido Popular y en tiempo real. Gobierno que cumplió con su obligación de detener a los sospechosos e investigar al mismo tiempo todas las vías posibles, así como cualquier conexión en el entramado terrorista nacional o internacional.

Y lo que fue un atentado terrorista cometido por terroristas, se convirtió en una carrera de fondo de premeditado diseño iniciada en el primer momento. Eso sí, a toda prisa por el Grupo Prisa y desde la SER, cuando aún flotaba sobre la estación de Atocha la nube de gritos y sollozos sobre el clamor de las sirenas auxiliadoras.

Justo en ese mismo instante se inició la campaña basada en un hecho falso cuya prueba era la presencia de un kamikaze islamista: obra maestra de la mejor manipulación. Las victimas pasaron a segundo plano y se fraguó la provocación de una división interesada para inventar la existencia de dos tipos de terrorismo, cuando en realidad sólo hay uno.

El izquierdismo manipulador, una vez más, cumplió su misión y el atentado pasó al olvido siendo lo importante si los culpables eran galgos o podencos. La campaña sirvió a los intereses cada vez más claros de Zapatero. Los de la división y crispación nacional en todos los frentes, como los estamos comprobando desde el inició de su legislatura.

Nunca caí en el asqueroso juego iniciado por la izquierda española y que sonrojó a Europa, basado en la existencia de dos clases de terrorismo. Sí denuncié sacar partido de un atentado terrorista, cosa que hizo el PSOE. Así como a los infames que festejaron en aquellos días la autoría islamista que les iba a servir para un triunfo electoral. Mi posición es la misma desde el primer día antes de las elecciones: su gran mentira, la de la izquierda, fue asociar el atentado con una guerra de forma tan interesada como perversa. Una más de las genuinas mentiras de la izquierda española a la que recurren ante cualquier campaña electoral.

Iniciado pues el Juicio, dejemos al Tribunal en paz en estos seis meses antes de conocer el resultado final. Sean quienes sean los culpables en nada cambiará lo sucedido: ciento noventa y un muertos, cientos de heridos y un Partido Socialista que supo sacar el mayor partido al atentado llevando a la condición humana a su más degradante actitud. Así pues, dejemos el tema en un punto y aparte o punto final, como quieran, que para el caso es lo mismo porque el mal ya está hecho.

Los futuros socios del PSOE insisten en la tercera republica y se alejan cada vez más de un pueblo que ni piensa en ello ni siquiera lo ve como una necesidad. Hay políticos que están para servir a los demás y son los menos, mientras los politiquillos, los que sólo saben de su ombligo, piensan en si mismos y en su notoriedad.

Leer las declaraciones de Francisco Monterde, Magistrado del Tribunal Supremo, dejan a uno perplejo. El problema no está en lo que dice sino en que está convencido de ello. No soy experto en leyes pero no tengo ninguna duda que la obligación de cumplir las condenas en su integridad en quienes se ufanan y no se arrepienten de sus delitos, está de forma implícita en nuestro Código Penal. El Magistrado valenciano no tiene nada claro que la Justicia, o defiende al ciudadano del reo o no es Justicia.

La ridícula participación en el referéndum andaluz no ha sorprendido a nadie, ni siquiera a los políticos que si no se les cae la cara de vergüenza es porque la tienen de una costra especial. El talante Zapatero de espaldas al pueblo y de cara a los nacionalistas que le aseguren el sillón, es la impronta que prevalece en su legislatura sin tener en cuenta que los intereses de estos politiquillos nada tienen que ver con las demandas del pueblo español. Decir a un andaluz que es una realidad nacional va desde el insulto personal al esperpento. ¿Pues claro que es una realidad de una nación llamada España? Todo lo demás es una constante manipulación en la que Zapatero se encuentra tan a gusto.

El desamparo en la sociedad llega hasta niveles increíbles y las artimañas surgen alimentándose a si mismas como personajes siniestros cada vez con mayor presencia en nuestras vidas. Los ancianos en manos de sus cuidadores, que son cada vez más, se convierten en victimas propiciatorias cuando caen en manos de quienes por haber sido maltratados por la vida consideran llegada la hora de su desquite. Bien en la forma de maltratos o aprovechándose de una debilidad vencida por los años consiguen con facilidad la heredad de sus patrimonios. Que sea el Colegio Notarial quien lo detecte dice bien poco de la Administración que debe tutelar las ayudas que ella misma promueve.

Carod-Rovira anda por la India haciendo el indio y promocionando el diccionario sánscrito-catalán y de paso hace turismo gratis a cargo del contribuyente. Igual se topa con una vaca sagrada que agota la edición. La imbecilidad de este hombre es tal, que no sabemos si su mundo es el de la idiotez en el que aspira a ser Jefe de Estado. Pero eso sí: reblipucano, como su retorcida, enferma y engañosa mente.

Lo mejor será meterlo en el Perol y agitarlo hasta desaparezca. Junto a los falsarios que sólo saben de engaños, de buenos sueldos y de escaños de los que aprovecharse; aunque será difícil librarnos de ellos que ninguna falta nos hacen. Qué así sea.

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