29 marzo, 2007

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – L

No es verdad que la historia sólo la han escrito los vencedores porque en el negro sobre el blanco están escritos, con pelos y señales, desde lo políticamente correcto en cada instante siempre adornado con flores, hasta los hechos más recónditos del ser humano, autor de todos lo sucedidos, desde los más gloriosos hasta los más infames. Están a la vista de todo aquel que los quiera ver, menos claro, los que prefieren ignorarlos, que son, vivir para ver, los asociados a la conveniencia de cada instante y que en muchos casos son los auténticos culpables. Son los que siempre están atenazados por su dogmatismo, cautivos de su libertad.

Lo peor de todo es la incultura nacional de la que se aprovechan los vencidos para cambiar el curso de la historia y erigirse en vencedores, como si ese deseo se pudiera realizar. Salvo excepciones, que de todo hay en las viñetas de la historia. Es el caso del liberalismo (el gran perdedor del siglo XX) que nadie pretende recuperar. Transformado por dos ideologías enfrentadas deseosas de apropiarse de su significado, que nos llevaron a múltiples guerras hasta acabar con él, aparcándolo como un residuo testimonial. ¿Dónde están los liberales? Cuando Roma perseguía a los cristianos, estos, al menos, se sabía dónde encontrarles: en las catacumbas. Estamos pues, más que nunca, en la época del pensamiento único, pero a dos bandos enfrentados, gracias a las dos Españas que cabalgan de nuevo, con un jinete, el Zapatos, que tira de las crines a su conveniencia, creído que sólo la división la dará poder.

Mientras tanto, como nos decían en Geografía, los ríos, o van a otro rió, o a un lago, o a un mar. La constante se mantiene firme y el Ebro en estos días vuelve a vomitar al Mediterráneo lo que no puede albergar en sus tripas, porque está atiborrado de tanto avaro que lo quiere todo para él, aunque reviente. En pocos días ha vertido al mar el equivalente a trece trasvases que preveía el derogado Plan Hidrológico Nacional. Y mientras la España seca sufre, la ínclita Narbona sigue poniendo el agua marina al Sol para separar lo que la Naturaleza une, con una intento de solución que no es más que pan (seco por cierto) para hoy y hambre y sed para mañana.

Si los hechos son tozudos, sólo con la cara dura se pueden desmentir. El telón de la Copa América se ha izado al viento y en su acto inaugural todos quieren apropiarse el merito de su construcción. Es natural. Pero que sea el Gobierno, que no ha puesto un solo euro para la transformación realizada en la zona portuaria, cuando sí donó a fondo perdido importantes partidas económicas en otras ciudades españolas gobernadas por los de su cuerda, no sólo es un insulto a los valencianos, sino también una muestra más de la manipulación que llevan en sus genes: su habitual impronta perenne en su genuina razón de ser.

En la España laica del siglo XXI la población crece con gran fuerza y contra todo pronóstico. En sus albores ha superado su número en un diez por ciento, gracias a una inmigración con la que nadie contaba a finales del pasado siglo. Y precisamente, por éste inesperado fenómeno, cada vez hay más creyentes, mientras se produce la paradoja que el Estado aconfesional tendrá que velar por la fe de sus contribuyentes. Quizá sea una ventana a la esperanza en el regreso de unos valores que empezaron a perderse, cuando unos iluminados, presos de sus perjuicios, optaron por los valores éticos infravalorando los religiosos. Lo que nos ha llevado a una sociedad con una crisis de valores, donde el desprecio a la vida ajena es el pan nuestro de cada día, dicho, claro está, en su sentido más ateo. Y así vemos cómo matar a un semejante es cada vez más fácil. Vamos, cómo un juego de niños.

En Madrid ha tenido lugar la presentación de un estudio sobre el impacto económico de la Copa América. En el acto, el Ministro de Administraciones Públicas Sr. Sevilla nos ha aclarado a todos, por si no lo sabíamos, que el Puerto de Valencia, así como, la lámina de agua salada que junto a él se extiende y lo justifica, es propiedad del Estado, y que, sin su dejación a los valencianos por parte del Gobierno español, la Copa América hubiera sido un imposible. Cuánta desfachatez, cuánto morro y cuánta desvergüenza la de este Ejecutivo que nos gobierna dirigido por un Presidente que ha utilizado durante toda su legislatura barro seco y duro para frenar las ruedas del progreso en la Comunidad Valenciana.

Tras más de veinte años de ilegalidades, gracias a subvenciones corruptas, trampas electrónicas como aquellas para robar la corriente eléctrica en los años cincuenta puenteadas a base de cables mordidos a cajas abiertas, ahora, cuando por fin peligra la emisión de TV3 en nuestra Comunidad Valenciana, justo ahora, es cuando la Generalitat Catalana ofrece un acuerdo de colaboración mutua. El asunto huele mal y habla por sí solo. Al abrazo de oso, cuando vienen auspiciado desde el desvergonzando que durante años se ha adueñando de lo que no le pertenece, el mejor camino es el de la ignorancia. Eliseo Climent, profesional de la subvención corrupta, Ministros de la Mentira y Mayor Mercader del Reino viene haciendo caso omiso a las reiteradas ordenes judiciales que se las pasa por su culo negro, sucio y casposo, emulando a Otegui en estos tiempos de bonanza para los que incumplen la ley bajo los ojos placenteros de la Fiscalía del Estado que cumple órdenes de la Moncloa.

La Unión Europea ha confeccionado un informe lleno de errores y calumnias con datos equivocados o falsos de muy mala intención, instado por los socialistas españoles a sus correligionarios europeos. Y todo, para desprestigiar a una Comunidad en la vanguardia de la modernidad y envidia de muchos. Lamentable. Y más, por venir de una institución en la que muchos confiamos en beneficio de una Unión común que debe ser Europa.

Metamos en el Perol a los falsarios de siempre, alcemos la cucaña, atinemos al centro y duro con él. Son como los sepulcros blancos por fuera, pero gusanos podridos por dentro. Duro con ellos. Qué así sea.

Nota: Tabares, el hombre del PSOE sigue en orden de busca y captura. El entorno Blanquerías calla. Sus adoctrinados también. Y como hace poco les decía: Batasuna, de rojo, de grana, o de bermellón se presentará a lar urnas; los efectos Zapatero y Barajas caminan en la misma dirección.

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