17 agosto, 2006

ESPARDEÑAS Y PEROL TRENCAT - I

Valencia, ciudad cada vez más abierta al turismo, le muestra a éste su nuevo y cultural aspecto. Desde la nueva y ya emblemática ciudad diseñada por nuestro paisano Calatrava, hasta el viejo y entrañable Barrio de Carmen tan buscado por los visitantes como de sufrido “soroll” para sus vecinos. Y para ellos, para los que nos visitan, y gracias a lo que algunos llaman burbuja del ladrillo, vemos cómo aumenta la oferta hotelera en la que lucen los de cuatro y cinco estrellas como señal de normalidad. Y hasta los de gran lujo, que ya vemos en Las Arenas y pronto veremos en la Lanera, donde con sabor palaciego se ofrecerán a los de los bolsillos llenos. Y para ver esta gran falla, que ya se anuncia hasta en los ghetto de oro de todo el mundo, llega a nuestro puerto el Queen Elisabeth. De su panza repleta de maderas nobles, ricos cortinajes y placeres sibaritas desembarcan para conocer, quizás por primera vez y al impulso de la America’s Cup, una ciudad que hasta hace poco no figuraba en los circuitos de tan alto nivel.

Se hace pues imperiosa la necesidad de limpiarla de mugre y en ello están los que deben ir anotando las inmundicias de nuestros barrios. En ello están. Y no sólo por esta razón sino por otro evento ya próximo. En estos días, la policía local está invitando a la ocultación en los kioscos callejeros de cualquier material erótico que pueda dañar los ojos de quienes fijarán sus miradas en la mitra del Santo Padre

Pues vamos a ser dentro de pocas semanas cobijo para las familias católicas que vendrán de todo el mundo buscando el amparo del Papa. Para ello, en estos días de los altares de San Vicente Ferrer, y como aspirando al premio especial, andan con el montaje del gran altar al que dirigirán sus miradas más de un millón de cristianos ojos. Valencia no sólo crece en ofertas a la distracción del cuerpo sino también procura la paz de espíritu en la manifestación más multitudinaria que hoy en día se pueda imaginar. Será, sin duda alguna, el momento de críticas por parte de los envidiosos que para si quisieran tal poder de convocatoria.

Valencia se abre al mundo y a su mar. A él quiere ir en una sola dirección. La vieja avenida del puerto, de ida y vuelta, se transforma. Quiere ser un bello bulevar que como un rápido tobogán nos deslice hacia el mar. Durante los dos próximos años será la nueva y lozana, gozosa y limpia Malvarrosa el pastel de los días de fiesta. Esperamos y deseamos que después de los eventos el bizcocho, el merengue y la guinda sean para todos los días del año. Y por supuesto para mil años más. No nos ocurra como ahora, que tememos que nuestro milenario Tribunal de las Aguas pueda tener sus días contados. El “parle y calle vosté” peligra y algo habrá que hacer.

Para evitarlo, tendrán que dedicar sus esfuerzos las instituciones, todas; como lo está haciendo en otro orden de cosas, el Ministerio de Educación, que invita a las madres a que hablen a sus hijos sobre la bondad de la masturbación, olvidando viejos perjuicios que ensalzaban su malignidad.

Rechazando, claro está, aquellas enseñanzas de mal gusto y dudosa eficacia como ha hecho en estos días la Conferencia Episcopal, que informa y aclara: que el norirlandés Alec Reid, que bien poco sabe de la Leyes de Dios y sobre todo de la quinta, no representa a la Iglesia. Bueno, algún mandamiento si sabe, el que le dicta los terroristas batasunos

Porque digan lo que digan, la verdad siempre florece. Los que desmentían las ayudas, primero de la Banca Catalana y hasta nuestros días de la Generalitat Catalana para ningunear y asfixiar a la Lengua Valenciana, ahora, cuando desde el mismo parlamento catalán se denuncia la corrupta dedicación de los dineros públicos, vemos que sí es cierto. El montante asciende a los dos coma tres millones de euros. Como dice los clásicos casi cuatrocientos millones de las viejas pesetas.

Fondos estos que saldrán de alguna parte. Para ello el gasóleo de automoción alcanza ya el coste de un euro un litro, por culpa, eso dicen, del dichoso barril de petróleo que siempre flota y nunca se hunde. Sobre todo, cuándo se acerca a velocidad de vértigo de los cien euros el barril.

Cuando pensamos que Marte pudo ser habitable hace unos cuatro mil millones de años, nos queda el consuelo de imaginar que dentro de otros tanto ya ninguno de nosotros se acordará de la Valencia Cup.

Quizá la culpa de todo ello la tenga la desaparición del viejo Tribunal de las Aguas al dejar de procurar por ellas.

Abril 2006-04-21

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por fin alguien recuerda el yogur tarro azul!!! Gracias.