17 agosto, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XIII

El ejemplo que Valencia ofrece al mundo no es el de una ciudad, Cap y Casal de la Comunidad Valenciana, con deseos de querer ser. Valencia ya es. Y es la modernidad de la Ciudad de las Ciencias y las Artes con su Oceanográfico; es la bohemia y lúdica del Barrio del Carmen; es la histórica de la Almoina romana, visigótica y musulmana; es la del Renacimiento de la Catedral de la Seo; es la Comunidad Valenciana, industriosa y comercial, en los escaparates de la Feria Internacional en Benimamet; es la del más antiguo Tribunal de Justicia, el de las Aguas; es la capital náutica del mundo de Veles y Vents y es la que aspira a ser y lo será, la ciudad con el mejor puerto del Mediterráneo.

Valencia es la ciudad monumental con sus Torres: una de sillería, la de Serranos, nuestra puerta principal, y otra la de Quart, con recuerdos de invasiones napoleónicas. Ambas, se muestran ante el asombro reflejado en los ojos de quienes nos visitan. La Torre de Santa Catalina, muestra del genuino barroco, guía y norte de la esplendida calle de la Paz rivaliza a corta distancia con el Miguelete, torre y estandarte de la Catedral románica, gótica y barroca.

Valencia tiene su triangulo cultural de la vida comercial, religiosa y económica incrustado en el corazón de la ciudad, con los lados de su Mercado Central, el segundo mayor de Europa; la Iglesia de los Santos Juanes, con su famosa bóveda de Palomino; y la Lonja, joya del gótico español recuerdo de cuando Valencia era la capital económica de España.

Valencia es la luz de la Malvarrosa en los cuadros de Sorolla, Valencia es la huerta y naranjales en el costumbrista Blasco Ibáñez, Valencia es la música en José Iturbi. Valencia es la representación española en los Borgia ante el Vaticano. Valencia es, a pesar de los ultrajes, el Siglo de Oro de la Lengua Valenciana.

Valencia es el IVAM, lugar de obligada visita del turismo cultural y del hambriento de exposiciones modernistas. Valencia es el Palau de la Música, fruto de valenciana sangre en las múltiples Bandas Musicales de nuestra Comunidad; Valencia es el Museo Pío V, restaurado, ampliado y aún hambriento de nuevos proyectos. Valencia es el Museo de la Ilustración y la Modernidad. Valencia es un Cauce Cultural diseñado para el ocio.

Valencia es…, es un ejemplo. Y lo hemos tenido ejemplarizado en estos días en los que se han unido los sentimientos del dolor por una tragedia con los de la alegría y convivencia de los peregrinos de buena voluntad que nos han visitado al Encuentro Mundial de la Familia. Valencia ha sabido unir la aflicción con el júbilo. De aquellas cremas nos ha venido la jalea real, la del saber estar de los valencianos.

Sin embargo, el que no es un ejemplo de nada es el Presidente del Gobierno español Rodríguez Zapatero, inmaduro y sectario. Porque cuando legítimamente se opuso a la política de un Presidente americano, no supo estar, después, con el debido respeto ante la bandera de una Nación en un acto institucional en el que voluntariamente participaba. Porque cuando fue nombrado Presidente de España, dijo que lo sería de todos, y no lo ha sido en la ocasión de un evento mundial en el que participaban hombres y mujeres de muy buena voluntad. Porque cuando desde el más democrático balcón de la nación se manifiesta la firme voluntad de no negociar con terroristas, hasta que éstos expresen la suya de dejar las armas, y después prevalece la mentira del encuentro, es entonces cuando la entidad de ser un ejemplo, fenece. Nos engañó con el talante o quizá no, porque también existe el talante del cantamañanas, del patán, o simplemente del embustero.

Y no como ejemplo pero si como advertencia, en un buzón de Álava ha aparecido el mensaje de la gripe aviar dejado desde el pico de un somormujo. La señal de alerta ha sonado, gracias o por desgracia, de un, para mi, desconocido mensajero cuyo mensaje, el Ministerio de Agricultura, trata de descifrar.

También es un ejemplo de pertinaz agresión la voz de la Ministra Narbona. Resuena otra vez con el tempo de la amenaza. Y en esta ocasión carga contra los turistas que visitan nuestra Comunidad haciéndoles responsables de probables restricciones de agua. Hay que ver esta mujer cómo sigue al pie de la letra las consignas de su jefe Don Talante Zapatero.

Mientras tanto, Otegui, en ejemplar acto, ha salido en defensa de Zapatero. Dice que no le consta ningún acuerdo del Gobierno con ETA. ¿Palabra de dios o de diablo?

Pronto veremos, ya lo estamos viendo, los mensajes de unos buitres volando los tejados de la Generalitat y el Ayuntamiento, que tratarán de sacar carroñeras rentas electorales a los dos últimos episodios vividos en nuestra ciudad. Sobre todo del trágico accidente ferroviario. Lo que les hace todavía ser más miserables. Porque una cosa es procurar que no vuelva a ocurrir algo semejante y otra, otra cosa es, buscar culpables. Sobre todo, cuando se sabe la causa del siniestro.

Bueno sería que sus picos hediondos; sus plumas negras y sucias; y sus entrañas alimentadas desde el odio y las mentiras, fueran introducidos en el perol trencat para ser esparcidos por las aguas salitrosas del Mediterráneo y limpiarles así de sus miserias. Qué así sea.

Julio 2006-07-12

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