17 agosto, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – V

A la afrenta del expulsado se opone el poder del expulsor. Pero nunca como contrapeso; más bien como gran inquisidor. Éste, a su llegada al cargo, se predispone contra todo aquel que no acepte la sumisión exigida. Así sucedió desde los principios en nuestra piel de toro, siempre llamada España, donde fueron tomando cuerpo toda clase de familias.

La España romana, la visigótica y la musulmana indicaron el destierro a quienes decidieron con su pensamiento amenazar a los que abusaban de su poder. Nos viene pues de antiguo. Nada es nuevo. Más tarde, limpiezas de sangre, sueños liberales, credos religiosos, ideologías revolucionarias, ajustes de cuentas y perdedores de una y otras guerras. Todo ha sido válido para justificar invitaciones al Ave del destierro.

Si Don Quijote enloqueció con los libros de caballerías: con sus Amadis o Tirant, Zapatero, loco de alegría por un triunfo inesperado, nos prometió un nuevo talante, sin decirnos en la previa, cual iba a ser su acepción.

Manifestantes detenidos y como consecuencia de ello, meses más tarde, vuelve a la escena la expulsión imitando un lance de nuestro deporte nacional: ¡Tarjeta roja y expulsión!

¡Marín, no me jodas!, debió decirle Zapatero. Así fue como hinchando el pecho de su orgullo, alcanzó fama y figura un desconocido linier. Marín nuestro Presidente del Congreso, por no decir del Protagonismo –sus ansias del mismo se vieron desde el primer momento- no ha querido ser menos que el del banderín, y: ¡A la tercera, a la calle!.

¡Ah el talante! Ya lo estamos asimilando a medio camino de su legislatura, sin saber como será el de su final. El del inicio ya lo vimos con la puesta en escena del abuelo: invitando así al recuerdo de otros muchos igual de venerables que el primero.

Sigamos pues con el talante. Cuando la gran mentira se está fraguando, engañando al pueblo con un final que nos dicen feliz pero lento, sólo hacen que alimentar el animal que llevan dentro los que lanzan continuas amenazas contra una España, cuyo Presidente de Gobierno quiere romper en mil pedazos. Bueno, sólo en tres. Por el momento.

Esta es la escena: Eta anuncia con claridad –jamás tuvo tanto protagonismo – que quiere sin reservas a Navarra junto a las Vascongadas, al mismo tiempo que dirige su megáfono a suelo francés. Ayudados los de la banda por Zapatero, quien trata de expulsar la imagen de crimen y de terror de Otegui para convertirlo así en demócrata. Y agazapado pero chillón, Carod-Rovira, otro expulsado, anuncia y amenaza con tiempos peores.

Ardió Paris, cómo tantas veces. Pero en esta ocasión dentro del césped de Sant Denis. Vimos y gozamos -aunque a través de la TV nacional y ésta nunca más cierta- de la emoción y mejor fútbol a que nos tiene acostumbrado desde hace dos años el Barça. Un equipo que practica un juego de ataque de la mayor calidad. Convertido en campeón de todo, nos hace pensar en el inicio de una época dorada que superará al Barcelona de las cinco copas de los Cesar, Kubala y Manchón.

Pero fuera del rectángulo de juego el seny catalán se convierte, como siempre, en algo zafio y ramplón. Recurren los catalanes a su argumento pertinaz. Cuándo alguien discrepa, siempre ven en ello un ataque a Cataluña entera. Aprovechan el referéndum, el de una mini soberanía inventada, no para defender sus argumentos, qué no los tienen, sino para decir que los del Partido Popular, qué sí los poseen y los expresan, representan un ataque al Principado. Dice el ladrón que todos son de su condición. Algo de eso debe de ser.

Felicitemos al Campeón de Europa y a su mejor goleador, a Eto. Con su camiseta mojada como único patrimonio y sobre pateras, nos siguen llegando a nuestras costas la carga humana. La inmigración hambrienta que llega hasta nosotros huyendo de la miseria y preñados de esperanza, se convertirá en una mano de obra que cada vez, vamos a necesitar más.

Y hablando de esperanza. ¡Qué maravilla! Ahora nos cuentan que los abertzale están asistiendo en Pretoria, la capital sudafricana, a unos cursos o seminarios para adiestrase en las artes de la paz. Escuchar esto puede lograr un orgasmo placentero en cualquier mente zapateriana. Con lo fácil que resulta tirar lar armas sin necesidad de viajar. Pero esto no entra en los planes de quienes seguirán desde su condición pretoriana atenta a la extorsión y al logro del impuesto revolucionario cuyo tres por ciento irá a los bolsillos de cualquier hijo de puta camuflado en un falso proyecto de paz.

Más parece un intento de lavado de cara que otra cosa. A Zapatero le viene bien esta nueva imagen de Eta. ¿Quién se puede creer que casi mil asesinatos no les hayan servido de nada a los Otegui y Cia, y ahora renuncien a su objetivo? ¿Acaso Zapatero ha negociado la entrega de un trozo de España a la mesnada? Las dos preguntas quedan en el aire y con el tiempo tendremos la respuesta.

Nada le sale bien a Rodríguez Zapatero salvo las cosas de la filatelia. Y lo digo por aquello del “franqueo”. Porque todo lo que sepa a Generalísimo es de justicia aflorarlo.

Zapatero romperá el “perol” y todos correremos para protegernos. Qué no sea a trompicones como si de una carrera de sacos se tratara. Qué así, no sea.

Mayo 2006-05-22

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