17 agosto, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT - XIV

Estamos ante el pretendido y deseado por algunos Año de la Memoria Histórica. La práctica del protagonismo es costumbre vieja y bien está si se persigue con noble fin. Pero cuando el protagonismo se convierte en propaganda es cuando empieza a ser menos noble. Desde la celebración del Año del Coitus Interruptus, pasando por el Año Sin Dolor de Muelas o del Año del Descubrimiento de la Metamorfosis de la Rana por no decir del Año de la Función Clorofílica, los necesitados de rentas electorales aprovechan cualquier ocasión por innecesaria, inverosímil o necia, que se pueda presentar. Lo que se persigue con estas celebraciones nunca está claro porque quienes las promueven son gentes provenientes de intereses muy sectarios y nunca a petición del pueblo llano. Sean aquellos promotores, aficionados a la fauna o bien lo sean a la flora, a los interesados en la función clorofílica les importan un rábano, nunca mejor dicho, las raíces de las plantas; si son más o menos carnosas sus hojas, aunque lo que buscan es su carnaza, o si bien los sabores de sus frutos resultan ácidos o lo sean dulzones. Ya encontrarán el sucedáneo que más les convenga.

Así nos vemos en esta ocasión, que más que Año de la Memoria Historia lo que va a resultar más acertado es mentarlo como Año de la Mentira Histérica. Porque si la izquierda, utilizando todos sus resortes europeos, está empeñada en la rememoración de tal evento cifrándolo en el 18 de Julio de 1936, no se acierta a comprender como no se menciona el 5 de Octubre de 1934, golpe de estado a un Gobierno democrático, origen de más de dos mil muertos, en el que los dirigentes del PSOE fueron sus principales promotores. Utilizando sin ningún descaro el vocero propagandístico de su periódico El Socialista y con la logística de sus Casas del Pueblo. Lo que significó la mecha ardiendo para el inicio de la Guerra Civil que deseaban más que nadie y ahora quieren recordar.

También está en la Historia aunque oculta, una fecha que sería interesante recordar. La del 7 de Marzo de 1939 en el Madrid republicano. Fueron los días en que los comunistas del PCE trataron de aniquilar el Consejo Nacional de Defensa de Madrid de los Besteiro, José Miaja, Casado, Mera, y hacerse dueños de la Republica. En la refriega murieron más de catorce mil personas en las calles de aquel Madrid al mismo tiempo que La Pasionaria y Jesús Hernández huían hacía Orán. Era una de las varias guerras que hubo dentro de la Guerra Civil que estaba en sus días finales. Este acto como otros semejantes, ya los habían intentado en el 37, no sólo en Madrid sino también en la ciudad de Barcelona, por lo que no estarían de más el recordarlos.

Está bien el homenaje a las victimas, pero no por parte de los sectores a los que pertenecían los que en su momento fueron sanguinarios protagonistas. Porque cuando se trata de recordar, o se menciona todo o la “Memoria” se convierte en “Mentira”. Con estos ejemplos creo que basta, por mucho que Don Talante Zapatero se empeñe en hablar, pero no de forma clara, de aquel pasado que se quiere trasladar a nuestros días. Ojala fuera así y con la verdad por delante, no escondiendo las propias vergüenzas, que por cierto fueron bastantes. Hablemos de la clorofila pero también de la fotosíntesis; por descontado también de las raíces que dieron vida a la Historia.

Pero para algunos jugar con la memoria es puro divertimento y pretenden hacerlo de forma tan sibilina que no sólo se esmeran en manipular los sucedidos sino que laboran el futuro para ubicarlo en las memorias ajenas. Pepiño Blanco nos acaba de anunciar que si fracasa el proceso de Paz con ETA la culpa será del Partido Popular. Ya me temía semejante infamia tal y como lo denuncié en estas mismas páginas. Crónica a la carta de una mentira histérica anunciada. Esta es la prehistoria, lo antes de la historia, en la voz de un miserable dirigente socialista. Izquierdismo manipulador puro y duro, patente de la casa y alimento para los necesitados.

¡Vaya memoria la del Pepiño! No dijo nada por la utilización que hizo ETA casando su emblema con el del PSOE, y ahora, cuando también lo hace el PP dándolo a la luz, carga contra sus dirigentes al igual que lo pudiera hacer un perro doberman; del que se olvida. ¡Vaya con la memoria del Pepiño de marras! ¡Menudo rufián!

Quienes están haciendo acto de presencia en nuestras vidas son los billetes de 500 euros. No es que los tuviésemos olvidados en nuestra memoria, es que los desconocíamos. Sin embargo, ahora afloran y empiezan las preguntas. Al igual que Hacienda, siempre al tanto de dónde alimentarse, lo hace el Banco de España. Quieren saber que es lo que pasa con el de quinientos. El sesenta y uno por ciento del efectivo en manos de los españoles están en esa forma de billete. Tengo mis razonables dudas de que el billete de color, creo que de morado reservado, no está en nuestra memoria para uso cotidiano.

Y mientras el de 500 euros emerge, miles de cartas con retrasos de semanas esconden sus memorias en los anaqueles de Correos. Qué nos queda de aquel Servicio tan ejemplar. ¡Nada!. Uno, que no es nostálgico, no le queda más remedio que recordar aquellos repartos de mañanas y de tardes. Aquellas carteras de grueso cuero, cargadas a la espalda, repletas de sobres y de tubos mensajeros que les salían por detrás de las orejas y que eran entregados, aún con la tinta fresca, a su destino.

Los grandes embalses valencianos tienen su memoria al diez por ciento y en un par de meses no recordarán ni su nombre. Al cerebro humano le pasa algo semejante y trabaja también a su diez por ciento. Quizá resulte insuficiente para que ya de una vez por todas metamos en el perol trencat todas las mentiras histéricas, hagamos con ellas una falla para que sean devoradas por el fuego, y laboremos pensando sólo en el futuro. Con la impronta, eso si, de aquel espíritu de la transición, único triunfo a homenajear, que tan buenos frutos nos dio y que el Zapatos trata de desprestigiar. Qué así sea.

Julio 2006-07-20

No hay comentarios: