17 agosto, 2006

ESPARDEÑÁS Y PEROL TRENCAT – XVIII

Dios dijo que no es bueno que el hombre estuviera solo: con la mejor intención le presentó a una mujer; ambos se unieron y durmieron juntos. Han pasado muchos años desde entonces y algo ha cambiado en la decisión del hombre porque ahora duerme con el miedo. Dejemos para otra ocasión la cuestión del sexo, hablemos ahora del saber con quien me acuesto pero no con quien me levanto, temor cada vez más abundante en las zonas de chalets. Y no sólo en ellas sino también en la ciudad, que convertida en desierto donde sólo quedan sus guardianes, tememos la llegada del espécimen ansioso de vida fácil y con la intención de apropiarse de los ajeno.

También lo están pasando mal las esculturas urbanas que de continuo se ven agredidas por los vándalos cuyo único contacto e intención con la cultura es el del mamporro. Y es que la ciudad va dejando de ser un mundo feliz.

El verano nos ha venido con la intención de nuevos cajeros automáticos para las basuras y sus clientes andamos un poco desorientados. El espacio que ocupan se ha convertido en fallas de trastos viejos que los nuevos residentes van plantando por las noches. La situación se agrava, porque cuando accionamos el pedal para alojar nuestros desechos, la falta de costumbre hace que no consigamos abrir su hambrienta boca. Es entonces, cuando la fétida bolsa queda sobre la acera, reclinada sobre cualquier destartalado mueble o mullido colchón roto y queda la estampa del abandono junto el vaho de lo mugre. El calor, el temor y la nueva forma de vandalismo hacen que durante el verano la tranquila ciudad agosteña de otros tiempos haya dejado de serlo.

Galicia ha ardido por los cuatro costados, menos por el mar, y sólo queda libre el camino que no puede destruir el intencionado pirómano, el de la esperanza. El fuego, tan buen amigo en las horas de fiestas, en las manos de seres perversos se convierte en un cuadro de terror que nos llena de impotencia. Las meigas deben sentirse a gusto entre las sombras de humo y seguro que, ajenas al aquelarre, ayuden a detener a los culpables.

Los que no veremos en esta ocasión por ninguna parte son los del “Nunca Máis”, que al detentar los suyos el poder, ya no tienen la intención de considerar en ellos la responsabilidad de la tragedia. El izquierdismo manipulador quedará mudo en esta ocasión y ya encontrará formulas para seguir utilizando al ciudadano adepto porque la infamia nunca está de vacaciones. El izquierdismo manipulador debe arder en su interior tratando de echar la culpa al PP y aunque no pueden, lo harán, ¡vaya sí lo harán!

El ejemplo lo tenemos en la izquierda valenciana, tan ruin y miserable como siempre; indiferente al dolor en los familiares de las victimas del accidente en el metropolitano valenciano, en ocasión de la aprobación de las conclusiones por las Corts, como no les gusta el resultado, sigue con su intención del electoralismo zafio y no cesa en su empeño de convertir aquel dolor, en odio contra los dirigentes del Partido Popular. Ya anuncian para Septiembre que seguirán con su carroña y procurarán “espigolar” todo lo que puedan, manipulando y mintiendo, hasta las próximas elecciones y quizá añorando alguna guinda final. Y es que en su podredumbre todo lo aprovechan: han pasado cuarenta días de la visita del Papa a la Catedral y ante la Puerta de los Hierros sigue la alfombra del buen pisar. El PSOE preocupado por la salud de las santas piedras, se alarma, y uno no termina de comprender a qué “santo” viene tal llamada, cuando jamás fue ese su camino habitual. Debe ser por el calor del verano por la sencilla razón de que no creo ni en sus buenas intenciones ni en la conversión del miserable.

Agosto es la demostración palpable de que los problemas se solucionan por si solos, sin ningún tipo de intención: la dificultad del aparcamiento ha desaparecido. La realidad es que el año tiene otros once meses en los que el hombre muestra su inutilidad para resolverlo.

Hugo y Fidel han compartido de forma intencionada tres horas de risas y dicen que se consideran como hermanos: las alegrías del populismo se convierten en insultos para cualquier cubano libre. Qué se lo pregunten a los cubanos que trabajan en Valencia o cualquier otra ciudad, cuyo sueldo se lo gastan en medicinas para enviar a sus familiares enfermos que no pueden salir de la isla caribeña.

Quién de verdad se preocupa para que todo funcione mejor es el Cardenal Cañizares que pide con su mejor intención se coloque un crucifijo en los lugares públicos, pues éstos, son los sitios donde vamos todos a que nos sirvan. Añadiría yo con todas las letras, “trata al prójimo como a ti mismo”. Porque no sólo es cuestión de fe o de predicar, sino de dar ejemplo.

El ejemplo de Sagunto no está del todo mal. En su día grande, se saltan la ley y tiran los patos al agua. Renegar de las normas una vez al año y en día de fiesta, quizá sea buena intención; aunque en esta ocasión, un pobre animal, sea el que pague el pato.

Que de todo lo dicho en esta Espardeñá, cojamos lo de mejor intención, metamos lo de peor en el perol, hagamos el trencat, y que esparcidas las intenciones miserables, se depuren en los fuegos estivales como si de una falla se tratase. Qué así sea.

Agosto 2006-08-17

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