17 agosto, 2006

ESPARDEÑAS Y PEROL TRENCAT - III

Al frente del Museo de la Ciencias Príncipe Felipe está el famoso periodista científico Manuel Toharia. Anhela convertir la tecnología que allí se alberga en el paladín de la practicidad ofreciendo al visitante la sencillez de los más ilusionantes descubrimientos. Junto a la presencia de los inventos aparecen nuevos usos y si apenas hace cincuenta años las suegras y sus nueras respectivas conformaban cuadros de recelos, tortura de enamorados y vigías de buenas costumbres en un río sin retorno, todo ello desaparece por la popa de los tiempos.

La Isabel Preysler y la Kournikova lucen palmito en el vanguardista museo de Valencia. Ya no juegan a suegra y nuera, sino a sana rivalidad entre bellas. A mostrar falda de primavera y minifalda ajustada en negro de figura esbelta y talle ceñido. Siempre entre anhelos de eterna juventud. Un auténtico coktail de glamour. Atrás, muy atrás queda la carabina y el ojo avizor con lutos negros, hasta de muerte, tras las manos de pulpo de cualquier Enrique Iglesias confiado.

También ocurre lo mismo en nuestras calles de postín, donde vemos juntas a madres e hijas con la bolsa de Zara a mano sin apenas distinguirse entre quien es la madre y quien es la hija. Cosa esta que no sucede en el hemiciclo municipal, siempre distanciándose unos de otros en asuntos de mayor enjundia. Tratan de reabrir una vez más-son órdenes de Zapatero quien sacando del baúl de los recuerdos a su abuelo, se cepilló de un plumazo la reconciliación lograda- un pasado ya cerrado en los últimos años de un franquismo abierto a Europa con los hervores de una transición ejemplar. Después de los cuarenta años y después de otros treinta, que todos juntos ya suman setenta, la izquierda valenciana utilizando el insulto pueril y la manipulación permanente, quiere reabrir heridas cicatrizadas sin mencionar las que no son de su agrado. Poseen el mono de la mentira y la necesidad de viejas historias de fosas y de fosos. Pero ignorando al mismo tiempo casi tres años de “paseos” al anochecer, y no precisamente por la Alameda. Tratan de ensalzar unas páginas de la historia en las que gran parte de quienes sólo eran, ellos decían libertarios, milicianos revolucionarios camuflados de republicanos, no fueron ejemplo de nada.

Mientras tanto, el pueblo está para otras cosas cotidianas y mucho más preocupantes. Como lo es la media de ocho muertes mensuales en la Comunidad Valenciana. En este caso por accidentes laborales y sólo en los de por cuenta ajena; a los que hay que añadir sin duda, los trabajadores autónomos, éstos sin computar. Qué no sirva la cosa para la manipulación y sí para la búsqueda de soluciones aunque me temo que en el tajo del trabajo, la comodidad en la faena está reñida con la seguridad.

Y para garantías, la nuclear de Zorita. La central cierra sus puertas y nos dice adiós, dos años antes de cumplir su ciclo vital de cuarenta. Se dispone pues a su Juicio Final. Bueno será que una vez cumplidos los tramites de su entierro y pasado el periodo de luto de su descontaminación, conociéramos el sumario con sus virtudes y pecados. Sobre todo los escondidos veniales, si es que los hubieran habido. Mientras tanto la mayoría de los lugareños lloran su muerte, porque para ellos, especialmente, la central ha representado bienestar y progreso.

Y hablando de centrales, en este caso de las otras. Ha pasado de largo y sin pena ni gloria el Día del 1 de Mayo. En esta jornada siempre reivindicativa se ha pedido básicamente paz, como si ya no hubiera nada por lo que luchar. Pero no han pedido la exigencia de tirar las armas, que esto sí que sería la auténtica Paz y por supuesto con mayúscula. Debe de ser porque en sus subconscientes, les queda aun el recuerdo de ya hace muchos años cuando ensalzaban y justificaban a ETA dándole mucha fuerza al grupo terrorista. Dijo un día, Barrionuevo, antes de su intento frustrado de terminar con los abertzales, que a la izquierda le cabe la responsabilidad de haber fortalecido a la banda criminal. Tampoco estaría de más que Zapatero y en nombre de la izquierda a la que representa, pidiera perdón a las victimas y a todos los demás que también hemos sufrido el fatal zarpazo del terrorismo, poniendo así una buena contribución a la negociación.

Pero igual no están las cosas para los negocios y le ocurre lo mismo que a su correligionario Evo Morales que acaba de nacionalizar el petróleo. Dice el trovador de fábulas que todo para el Estado. Ahora le falta decir como Luis XIV, aquello de: ¡El estado soy yo! Estas cosas ya las hicieron muchos y siempre les salió mal, sobre todo para los ciudadanos. Poner trabas a las empresas extranjeras no es bueno para el pueblo boliviano.

Evo Morales, quizá aconsejado por Chávez y Castro, ya está aprendiendo que lo que importa es el pueblo callado y engañado. Con el tiempo se irá dando cuenta Zapatero, que el disfraz de jersey de cuello cerrado y multicolor propio de un mantero, no se corresponde con el que debiera ser un sencillo traje y corbata más propios en cualquier negociación. Pero bueno, tal para cual. Si uno engaña con su semblante, el otro hace lo mismo con su talante.

Y para sustos el que me he llevado hoy: ¡la patata a más de un euro! Mucho ha llovido desde que nos la trajeron de América junto a ricos cargamentos de oro y plata. Los alquimistas de nuestros días quieren transformar al tubérculo en artículo de lujo. A este paso el sufrido “perol” de la compra se romperá en mil pedazos sobre las cabezas de todos nosotros. Que así, no sea.

Mayo 2006-05-04

No hay comentarios: